Bofetadas para Mafo y mimitos para Rato
viernes 11 de mayo de 2012, 17:29h
Las dan o las toman, o ambas cosas, pero el Gobierno
de Rajoy tiene para todos. Primero, para bofetadas, las que le han dado al
gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que tiene
supercontados sus días al frente del banco emisor: lo ha dicho nada menos que
la vicepresidenta primera, Soraya Sáenz de Santamaría. Ya se sabe que Mafo cumple su periodo en el Banco de España el próximo mes de junio, y desde luego no será este gobierno el que le renueve... aunque él quisiera, claro.
No obstante, la bofetada mayor a Mafo ha sido la de colocar
a 'analistas independientes' para supervisar los activos tóxicos de toda la
banca española. Vamos, que se prescinde del Banco de España porque Rajoy no se
fía de su gobernador. Así de claro.
Los mimitos -puede que con una buena dosis de veneno
agridulce- han sido para el ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato, obligado
-dicen unos- a dimitir, o simplemente dimisionario. Lo cierto es que lean lo
que ha dicho de él el ministro de Economía, Luis de Guindos, tras el Consejo de
Ministros: "Rodrigo Rato es el mejor ministro de Economía en la historia
de España" (sic), y sobre ¿su decisión? de dejar Bankia ha dicho lo
siguiente: "Lo suyo fue una decisión personal, pensando en lo mejor para
él y para el sistema financiero en España" (también sic).
De todo esto seguro que se hablará mucho, muchísimo.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (1)
6704 | Pikertom - 13/05/2012 @ 14:04:01 (GMT+1)
Culpables son todos, políticos y banqueros y administradores sin escrúpulos... Ahora bien, el gobernador del banco de España se lleva la palma. Este señor, mientras se dedicaba a llamar vagos a los parados, instigaba al gobierno a bajar las pensiones de mierda que tenemos, a insultar a las centrales sindicales, a pedir una reforma laboral mucho mas dura que la de Rajoy, a decir que había que trabajar mas por menos dinero, que estimulaba para que los directivos cobrasen indemnizaciones multimillonarias, negar que existía una burbuja inmobiliaria..., resulta que no hacia su trabajo. Es un impresentable que tiene que sentarse en un banquillo y explicar su comportamiento.
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