El voto del exilio

         El censo de votantes en el País Vasco se ha visto mermado en 309.000 votantes desde 1979, mientras que el censo de españoles ha crecido en millones de personas. El motivo no ha sido otro que la amenaza de los terroristas de ETA, que ha obligado a miles de ciudadanos vascos a exiliarse por toda España.

         Estos exiliados no existen según el censo electoral. Viven en España, pero han perdido el derecho a votar en Euskadi. Sin embargo, si hubiesen emigrado a otro país, podrían votar con plena libertad.  Emigrantes, sí. Exiliados, no.  El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti lo ha planteado con una pregunta esclarecedora. "¿Por qué puede votar un vasco residente en Argentina y no un vasco de Madrid?".

         A esta realidad tan injusta se le va a poner remedio.  Ahora el Gobierno está estudiando la posibilidad de reconocer el derecho de voto en las elecciones municipales, forales y autonómicas a los vascos que viven exiliados en España.

         La iniciativa está sobre la mesa de los asesores jurídicos de Moncloa. Y para sustentar legalmente el proceso, el Ministerio del Interior ha decidido ampliar el debate a expertos en Derecho Constitucional.  El próximo 7 de junio se celebrará una jornada en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales con una quincena de expertos juristas, donde se tratará de la residencia y el derecho al sufragio.

         De las conclusiones que se extraigan en este congreso, saldrán las bases de una reforma electoral, que garantice la participación de los ciudadanos vascos "exiliados" en las elecciones vascas previstas para 2013.

         Es hora de corregir este injusto error que impide a numerosos ciudadanos vascos ejercer sus legítimos derechos democráticos.  No se puede consentir que  la coacción terrorista continúe mediatizando las elecciones, y cerrando el paso a las urnas a miles de ciudadanos.

         El Foro Ermua y diversos colectivos de víctimas llevan años planteando esta reivindicación. Un vasco, un voto. Este es el objetivo. Y ésta es también la mejor forma de señalar a ETA el camino de su disolución definitiva e incondicional