Una vez
más los mineros, siempre indómitos, tienen su futuro amenazado. Lo que no puede
el trabajo duro en las oscuras profanidades de la tierra, lo intentan acallar
los despachos. Los mineros no ceden en su lucha, pero el gobierno y los
tecnócratas de Bruselas no los entienden y lo que es más grave, tampoco los
quieren entender.
Los
mineros exigen una salida digna a su problema, pero es en vano, porque
previamente ya está condenado a ser irresoluble. Los políticos no comprenden que ese final
tiene que ser compartido, que ese futuro debe consensuado, que todo gobernante
tiene aprender a ceder una parte para conseguir un todo. Pero el gobierno ni
cede ni concede. Se ha cerrado en banda.
Si el ejecutivo
sigue con su pertinacia, los mineros continúan
en su lucha. Todos han escogido mal momento para echar un pulso. Muy mal
momento. Hay mineros encerrados en la mina, mineros manifestándose en la calle,
mineros exigiendo ser parte necesaria y vital de una negociación donde se juega
su futuro.
El Gobierno
calla, Europa mira otro lado, y espera que la gente, que desgraciadamente suele
tener mala memoria, se olvide de los mineros y que estos y sus familias acaben
agotados de tanto clamar desesperadamente en el desierto.
No puede
ser. No debe ser. España a lo largo de su historia debe mucho a la mina. Muchísimo.
No puede borrarla de un plumazo, sin oír las quejas de los últimos mineros que
aún se agarran a sus pozos, porque no tienen otro futuro que el de bajar a las profundidades de la tierra, y
sacar día y noche, carbón y más carbón.
Queridos
amigos, un respeto para esos mineros que gritan y protestan y hablan y quieren
que se les escuchen....y que a cambio, solo reciben silencio, indiferencia, y lo
que es más grave, incomprensión.
Decir
mina es decir verdad. Por esa verdad
luchamos también aquí. Solidaridad con los mineros.
8146 | El Último Aguador - 16/06/2012 @ 10:34:33 (GMT+1)
España debe mucho a los aguadores. Los aguadores exigen una salida digna a su problema, pero es en vano. Si el ejecutivo sigue con su pertinacia, los aguadores continúan en su lucha, exigiendo ser parte necesaria y vital de una negociación donde se juega su futuro.
El Gobierno calla, Europa mira otro lado, y espera que la gente, que desgraciadamente suele tener mala memoria, se olvide de los aguadores y que estos y sus familias acaben agotados de tanto clamar desesperadamente en el desierto. No puede ser. No debe ser. España a lo largo de su historia debe mucho al agua. Muchísimo. No puede borrarla de un plumazo, sin oír las quejas de los últimos aguadores que aún se agarran a sus pozos Queridos amigos, un respeto para esos aguadores que gritan y protestan y hablan y quieren que se les escuchen y les mantengan....y que a cambio, solo reciben silencio, indiferencia, y lo que es más grave, incomprensión.
Decir agua es decir verdad. Por esa verdad luchamos también aquí. Solidaridad con los aguadores.