¿Y qué observan tantos observatorios?

Ya la tenemos otra vez liada. El Gobierno de Mariano Rajoyha presentado un proyecto para "adelgazar" la más que obesa Administración española, una especie de Plan Duncan para reducir los excesivos kilos que engordan actualmente a las administraciones a fin de puedan llegar este verano a las playas con una línea ideal para lucir el bikini de la austeridad. El Plan, ya lo saben, se llama "de la Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas" y pretende eliminar un buen número de instituciones muchas de ellas repetidas diecisiete veces en cada autonomía y que han demostrado su absoluta inutilidad. Además de cuestionar organismos como el Defensor del Pueblo o las Cámaras de Cuentas, el Gobierno le recomienda a la Junta de Andalucía suprimir nada más y nada menos que noventa observatorios que las distintas Consejerías tienen instalados a lo largo y ancho de la comunidad para no se sabe bien que utilidad como no sea la de buscarle colocación en ellos a los compañeros con carné socialista o comunista en estos tiempos de vacas flacas en los que cualquier puesto en la administración, por más que hayan reducido los sueldos, no tiene precio. Decía ayer el líder del PCE, Cayo Lara que estos recortes administrativos van a aumentar el paro. No te jode el profeta. Pues claro, lo que ocurre es que, en muchos de estos casos, si desaparecen las Oficinas de los innumerables defensores de los pueblos y sus ajuntos o las retardadas Cámaras de Cuentas, van a aumentar el paro entre políticos que no la han doblado en su vida y que llevan viviendo del cuento desde que se sacaron el carnet del partido o del sindicato.


Según publica el ABC de Sevilla, de estos noventa organismos que deberían de desaparecer en Andalucía, la Junta se niega en redondo a tocar 36 de ellos que considera "imprescindibles" para el buen funcionamiento de la administración. No digo yo que alguno no sirva para algo, pero lean la lista de los intocables y juzguen ustedes mismos: Observatorio del Flamenco, Observatorio de la Internacionalización de la Economía, Observatorio Andaluz sobre Drogas y Adicciones, Observatorio Andaluz de la Publicidad No Sexista, Observatorio Andaluz de Nuevas Tecnologías, Observatorio de Participación Ciudadana, Observatorio de Voluntariado, Observatorio de la Calidad de Vida de los Andaluces, Observatorio de la Infancia, Observatorio de Política de Empleo, Observatorio Argos, Observatorio de Empleo Agrario, Observatorio de Violencia de Género, Observatorio Andaluz para la Calidad de e-learning, Observatorio Andaluz de Enfermedades Profesionales, Laboratorio-Observatorio de Riesgos Psicosociales, Observatorio de Riesgos Laborales, Laboratorio-observatorio de I+D+I en Prevención Riesgos Laborales, Observatorio andaluz de Prácticas Innovadoras, Observatorio andaluz de Seguridad del Paciente, Observatorio de Salud y Medio Ambiente, Observatorio de la Vivienda, Observatorio del Agua, Observatorio la Calidad de la Formación. Observatorio de Recursos Humanos en el Sector Turístico de Andalucía, Observatorio de la Lectura, Observatorio Turístico del Interior de Andalucía, Observatorio del Deporte Andaluz, Observatorio para la Convivencia Escolar, Observatorio Permanente Andaluz de las Migraciones, Observatorio de Cooperación Territorial de Andalucía, Observatorio de la Movilidad, Observatorio de Logística, Observatorio Territorial, Observatorio para la Mejora de Servicios Públicos y Observatorio de Precios y Mercados. ¿Cómo se quedan? ¿Seguro que todos estos observatorios que pueden acumular en sus plantillas a un mínimo de trescientas personas son, como dice la Junta, absolutamente imprescindibles? Vamos, anda, a otro perro con ese hueso, que ese que se autotitula "para la calidad de e-learning" será todo lo importante que ustedes quieran, pero a mí el nombre me ha dejado flipado. Yo no solo suprimiría estos 36, sino los noventa existentes y crearía uno solo que se llamara Observatorio de Denuncia de los que Llevan Treinta Años Llevándoselo Calentito, verán como éste sí que tenía trabajo que hacer.


Y es que la mayoría de los ciudadanos desconoce el entramado de organismos, institutos, observatorios y empresas públicas que ha convertido a la Administración en una especie de inmensa tela de araña, en un monstruo con cien mil cabezas que es capaz de devorar todo el dinero de nuestros impuestos sin que nos demos cuenta. Por todo ello, reitero mi tesis ya esgrimida en anteriores artículos. No sólo sobran los defensores del pueblo y las cámaras de cuentas, manejadas habitualmente por los Gobiernos de turno, sino también otras altas instituciones como el Senado, las Diputaciones Provinciales y las Mancomunidades que solo sirven para que España sea el país con el mayor número de politicos por cápita del mundo. Si echamos a la mitad de ellos evidentemente aumentaría el paro, pero, al menos, los ciudadanos nos sentiríamos menos agobiados. Que nos sigan robando, pero a menos que no sean tantos los que nos roben. En esta misma página pueden comprobar que durante la primera década del presente siglo, Andalucía no sólo tiene el récord de parados, sino también el récord de casos de currupción política con 154. Pocos me parecen si escarbamos en los entresijos de tanto observatorio fantasma.