miércoles 31 de julio de 2013, 18:40h
El presidente del Gobierno se enfrenta a su particular Minotauro con el
proposito de vencerle y poder así escapar del Laberinto en el que le ha
metido junto a casi toda la cupula directiva del Partido Popular.
Durante veinte años la criatura que imita a la figura mitologica griega
ha reinado en las finanzas del primer partido de España. Y se resiste a
desaparecer de la escena, sobre todo porque su nuevo destino puede ser
durante muucho tiempo el mismo que tiene en estos momentos, la carcel.
Mariano Rajoy tiene la oportunidad de tirar del hilo de Ariadna y sacar a
los suyos y a una buena parte de la clase politica del mal lugar en el
que se encuentra de cara a los ciudadanos de este pais. Ya no se trata
solo de que pueda defenderse de las acusaciones de Luis Barcenas acerca
del posible reparto de sobresueldos y de la presunta financiacion ilegal
de su partido, debe reivindicar la salud del sistema democratico que
nos dimos los españoles tras la dictadura. Esta en juego la estabilidad
del sistema en su conjunto, no sólo la del PP.
Los españoles
estamos perdiendo la confianza en los politicos y en sus o
rganizaciones, como si fueran incapaces de solucionar los problemas a
los que nos enfrentamos como pais y como sociedad. es una crisis global,
que ha pasado de la economia a la politica y de ésta a la moral y la
etica que como sociedad avanzada tenemos que respetar y aceptar para
recorrer el futuro. Es en ese camino en el que el presidente del
gobierno y el resto de lideres politios tienen que encontrarse e ir mas
allá de las descalificaciones y las peticiones de responsabilidades,
desde Alfredo Perez Rubalcaba a Cayo Lara, Rosa Diez o Josep Antoni
Duran Lleida.
Es verdad que la primera de las obligaciones recae
en Mariano Rajoy, pero no puedee ser el único. Malo sería que los
ciudadanos asistieramos a un dialogo de sordos, a un pelea de mutuos
reproches y no al serio intento de dignificar la funcion pública, incluso si ello conlleva la peticion de perdon o la renuncia al puesto o
al cargo. es hora de que la generosidad y la politica de estado
sustituya a los partidismos y egoismos personales