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El motivo de la llamada era el de apear a una familia

El interventor ocultó la llamada previa al accidente que contradecía el código de buenas prácticas de Renfe

El interventor ocultó la llamada previa al accidente que contradecía el código de buenas prácticas de Renfe

miércoles 31 de julio de 2013, 18:27h
El maquinista Francisco José Garzón Amo ha identificado al interventor de Renfe que viajaba en el Alvia descarrilado, Antonio Martín Marugán, como la persona que lo llamó minutos antes del descarrilamiento para darle indicaciones, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSJG). Este hecho, ocultado por ambos interlocutores hasta este momento, podría poner en problemas a Marugán ya que, según el código de buenas prácticas de Renfe, no debió haberse producido nunca esta comunicación sin razón de urgencia cuya única finalidad era la de apear a una familia, tal y como ha avanzado 'El País'.

- Otro maquinista dice que se puede hablar por motivos de servicio
- El tren descarriló a 153 km/h en un tramo de 80
La autoría de esta llamada ya tiene nombre y apellidos tras las indagaciones efectuadas. En sus declaraciones policiales, el interventor, Antonio Martín Marugán, contó que iba sentado en el vagón tres, pero nada acerca del uso del móvil en el tramo inmediato a la curva de A Grandeira, en el barrio compostelano de Angrois.Sí contó Marugán, que resultó herido leve, que había hablado con Garzón Amo cuando asumió el mando del convoy en Ourense, donde relevó al otro maquinista, Javier Illanes Álvarez, actualmente de baja laboral y que continuó el viaje como un pasajero más para desplazarse a su domicilio, en la provincia de A Coruña.

Contrario a las buenas prácticas de Renfe

Fuentes consultadas han indicado a Efe que el contacto entre interventor y maquinista solo debería haberse hecho en caso de una emergencia, y que la guía de buenas prácticas de Renfe aconseja suprimir las comunicaciones en puntos críticos, salvo que se trate de una incidencia.

Según los datos de las cajas negras, instantes antes del accidente el tren circulaba a 192 kilómetros por hora y tras la activación de un freno por parte del maquinista, el Alvia finalmente impactó contra el muro de hormigón tras pasar la curva de A Grandeira, a 163 kilómetros por hora en un lugar en el que el libro de ruta indica que no se puede ir a más de 80.

Fuentes consultadas han dicho que se trabaja con la posibilidad de que Garzón Amo haya querido encubrir en su testimonio ante el juez al otro operario y que esta sea la razón por la que no ha dado cuenta de esta conversación en su declaración el pasado domingo. En su testimonio, han dicho a Efe fuentes cercanas al caso, Garzón, titubeante, aturdido y en ocasiones con un hilo de voz, ha atribuido lo sucedido a una distracción suya, un despiste, y prácticamente todo el tiempo ha insistido en un mensaje: "No le encuentro explicación", "no lo comprendo".
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