Esfuerzo y ejemplaridad

No deberíamos quedarnos en la espuma del acto de la Pascua Militar de este año e ignorar lo que realmente merece la pena de lo que ha ocurrido en el Palacio Real. Con 76 años recién cumplidos y dos operaciones de cadera en los últimos seis meses, el Rey ha realizado un enorme esfuerzo por no faltar a su gran cita anual como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y predicar con el ejemplo en un momento duro, durísimo de recortes y frustraciones. En el ámbito castrense, la autoridad se gana con el esfuerzo y con la profesionalidad de ser el primero en todo, en lo bueno y en lo malo, siempre al lado de unos subordinados que anteponen su vocación y espíritu de servicio a España y que valoran a un jefe que sufre por estar en primera fila. La espuma del acto de la Pascua Militar puede ser utilizado por los demagogos para lanzar las campanas al vuelo sobre el estado de salud de Don Juan Carlos por los errores de lectura de su discurso y por las dificultades manifiestas de movilidad por la necesidad de utilizar las muletas.

Es evidente que una persona de 76 años tiene sus capacidades mermadas, sobre todo si ha sufrido tantas intervenciones quirúrgicas en tan poco tiempo. Pero lo que realmente debería quedar de manifiesto y ser destacado es el esfuerzo de compromiso y responsabilidad del Jefe del Estado por recuperarse lo antes posible para atender en las mejores condiciones posibles con su agenda de trabajo. Sería oportuno recordar su mensaje de Nochebuena que reclamaba a los políticos la capacidad suficiente para resolver los problemas planteados en cuanto a la unidad de España y el desafío de unos cuantos políticos catalanes y la creación de empleo para pensar en que se estaba saliendo de la crisis. El Rey se ha arriesgado y se ha expuesto a reconocimientos y a críticas. Peor hubiera sido no comparecer aunque tiene una garantía evidente de solvencia y futuro en su hijo y heredero del trono que hubiera podido representarlo. Los militares han estado al lado de su comandante en jefe que ha reconocido su ejemplaridad al adaptarse a las circunstancias que imponen los recortes presupuestarios. Es el momento de llamar la atención de que recortes excesivos en Seguridad y Defensa son muy contraproducentes para todos.