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La Autónoma desarrolla un plástico conductor anti-corrosión

sábado 10 de noviembre de 2007, 13:59h
La corrosión (deterioro de un material por oxidación) es un problema muy importante en nuestra sociedad, por eso muchos grupos de investigadores dedican grandes esfuerzos a controlarla y prevenirla. La Universidad Autónoma de Madrid se ha centrado en el estudio de un nuevo método de protección basado en depositar, mediante corriente (electrodeposición), un polímero conductor (polipirrol) sobre un material fácilmente oxidable como el cobre.
El cobre es un metal muy empleado en diversas aplicaciones, sin embargo, se oxida con cierta facilidad lo que supone un gran coste económico. Los métodos tradicionales para evitar o minimizar la corrosión son en muchos casos también costosos, poco perdurables y utilizan productos tóxicos.

Según aparece en un artículo reciente de Electrochimica Acta, con Pilar Herrasti como primer firmante,  se ha conseguido recubrir este metal de un material, un polímero conductor, que es capaz de ser una barrera del medio corrosivo sin perder además sus propiedades como conductor eléctrico. Los polímeros conductores son materiales realmente sorprendentes, cuando se habla de un polímero es frecuente pensar en un plástico, por ejemplo PVC.

Estos materiales son también plásticos pero además tienen la característica especial de ser conductores de la corriente. Esto es debido a que en el proceso de síntesis se altera ligeramente su composición.

Aumentar o disminuir la conductividad

La variación en ésta permite aumentar o disminuir su conductividad. Para sintetizar estos polímeros, la metodología es sencilla; pueden ser obtenidos sobre un electrodo por aplicación directa de un potencial de oxidación, esto hace que el compuesto de partida  (pirrol) que se encuentra en disolución se oxide y mediante un mecanismo por radicales forme un depósito sobre el metal. Para el caso del cobre que nos ocupa, la metodología  aplicada es la generación de una capa de óxido de cobre muy fina y sobre esta la electropolimerización del polímero.

Esta capa es conductora y al depositarse en estado oxidado puede reducirse posteriormente manteniendo el cobre en la zona de pasividad (zona de no corrosión), pero además actúa como una barrera física entre el cobre y el medio. Para que su efecto sea el deseado ha de cumplir dos condiciones fundamentales. La primera es que su capacidad de oxido-reducción sea alta y la segunda que presente mínima porosidad.

Simulando el mar
Para conseguir este propósito se ha realizado un estudio detallado de las condiciones de electrodeposición, empleando diferentes técnicas y ajustando diferentes parámetros como composición del medio, potenciales ó corrientes aplicadas.

El cobre con el depósito polimérico ha sido sumergido en una disolución de NaCl, simulando agua de mar, uno de los ambientes más corrosivos por presentar iones cloruro que son los causantes de un ataque puntual sobre los metales llamado picadura. Se ha estudiado en este medio como se comportan estos materiales, concluyendo que el ajuste apropiado de los parámetros permite obtener películas que sometidas a este ataque pueden permanecer sin alteración al menos un mes.
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