www.diariocritico.com
De Europa, lo único que importa es el campeonato de fútbol

De Europa, lo único que importa es el campeonato de fútbol

La abstención, pesadilla para los políticos ante este domingo de urnas

sábado 24 de mayo de 2014, 10:12h
Abstención, abstención...Es la palabra más repetida en los círculos políticos de toda Europa. Más en España, donde el interés en esta jornada de reflexión se centraba en otra cosa, en otro lugar. Si usted ha visto la televisión, escuchado los noticieros de radio y/o leído los periódicos en las últimas horas, habrá comprobado sobradamente que la Champions, en su final madrileña este sábado en Lisboa, ha derrotado ampliamente a la recta final de una campaña electoral unánimemente calificada como soporífera, anodina, inane. Frustrante, en suma. 
A las decenas de miles de españoles que las televisiones nos han mostrado desplazándose hacia la capital portuguesa, o en pleno alboroto en la Avenida da Liberdade, me parece que les importaba bastante poco la cita con las urnas de este domingo. No sé cuánto importaba a los demás, estuviesen o no pendientes de la pequeña pantalla en la noche del sábado... 

La campaña se nos ha ido entre acusaciones de machismo, de criticar el rostro de Ribery, de debates en torno a una ley del aborto que me parece que jamás verá la luz...Poco de sustancia verdaderamente 'europea', en momentos en los que Europa empieza a reinventarse, poco sobre la defensa del Viejo Continente cuando los analistas más lúcidos tiemblan ante el renacimiento del antiguo nacionalismo ruso -a ver esta jornada electoral en Ucrania-- y el incremento de la 'invasión' inmigrante ilegal por el sur, un incremento que influye no poco sobre el euroescépticismo. Y, claro, sobre el desencanto ante la falta de soluciones 'europeas' y, al final, sobre la abstención.

¿Habrá dimisiones?

¿A cuál de las formaciones en liza perjudicará más la parece que inevitablemente alta abstención? ¿Qué consecuencias tendrá para los dos 'grandes' partidos el desinterés ciudadano? Momento será, dentro de pocas horas, cuando se conozcan los resultados, de analizarlo: podría hasta haber dimisiones, rara avis por estos pagos. De momento, me parece que todos, hasta los 'menores' en ascenso, suspenden. Los mítines, hace no tantos años, congregaban a treinta mil personas: ahora, reunir a dos millares, en los actos centrales de la campaña de los principales líderes, ya se considera un triunfo. Y medir la eficacia de las redes sociales a la hora de hacer campaña es algo aleatorio, visto cómo andan las redes, que esa es otra. 

Para colmo, sobre la campaña han pesado acontecimientos luctuosos que, como el asesinato de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, han ejercido una influencia lamentable -y bien que he podido comprobarlo-- sobre el cuerpo social. Y han pesado errores de comunicación de los candidatos -sobre todo, hay que reconocerlo, de Miguel Arias--, una pésima preparación de las campañas y toda suerte de factores exógenos, desde la situación económica -Standard& Poor's ha echado una mano a última hora, mejorando la calificación del Reino de España-hasta las manipulaciones de Artur Mas, presentando sus urnas de cartón en el último día de la campaña, generando así la sensación de que 'lo de Cataluña' se agrava. 

Y ¿cuánto influirá en la votación, o en la no votación, ese ejército de desempleados que, en su mayoría, se ha tenido que limitar a contemplar con envidia cómo miles de compatriotas escapaban a Portugal a gastar miles de euros en un viaje deportivo-lúdico? No lo sabremos hasta las próximas horas. Pero seguro que la coincidencia de la emocionante final futbolística con la jornada de reflexión no incide precisamente en la hondura de la meditación acerca de si ir o no a votar, y, en caso afirmativo, a quién.

Candidatos estimables

Contra lo que trasluce de tantos comentarios despectivos, creo que los candidatos que encabezan las listas hacia las europeas son bastante estimables: Arias Cañete, con quien compartí pupitre durante años, es un hombre preparado, a quien ocasionalmente traiciona un carácter demasiado expansivo; sus 'lapsus', en todo caso, se olvidarán ya esta misma noche de domingo, y creo que le espera un buen futuro como eurocomisario. Elena Valenciano, a quien también conozco desde hace tiempo, ha aportado una nueva frescura a la vida política, se diga lo que se diga. Willy Meyer, de IU, es persona de coherencia probada, se esté o no de acuerdo con sus planteamientos. Sosa Wagner, el candidato de UPyD, es un hombre serio, que sabe lo que dice y que no siempre comparte la alegría verbal -vamos a llamarlo así-- de su jefa de filas. 

He tratado poco a Tremosa y nada a Terricabras, pero no me parece, ninguno de los dos, lo más vociferante e insustancial de las opciones a las que representan: mucho peores son, en mi opinión, Mas y Junqueras. Y me interesan los 'tertulianos' Nart, Pablo Iglesias y Vidal Quadras, cada uno con sus luces y sus sombras, más de lo primero, cada uno en su estilo, que de lo segundo. Lo que falla no son los candidatos. Es el sistema. Estas campañas no dan más de sí, como tampoco se sostienen ya las actuales estructuras de los partidos, de los sindicatos, de las patronales, de ciertas instituciones, de no pocas leyes, comenzando por la injusta electoral. Unas campañas con debates serios en los medios, haciendo propuestas reformistas o mejor regeneracionistas, de futuro, hubiese congregado mucho mayor expectación.

 Se apostó por lo banal, por lo anecdótico, por los ciento cuarenta caracteres de Twitter. No se discutió ni siquiera sobre las ventajas, o no, del bipartidismo, de un futuro Gobierno de coalición -como sugirió Felipe González--, sobre las propuestas de cambios en la Constitución. Y menos aún, sobre Europa, su futuro, sus ventajas, sus flaquezas. ¿Por qué, entonces, se iba a tentar a los españoles a votar? ¿Votar sobre el presunto machismo de Arias, sobre si a Valenciano le gusta o no el rostro de Ribery, sobre si Ramón Jáuregui es demasiado indulgente con lo que hace un enloquecido compañero de su partido vasco? 

¿Votar sobre los 'brotes verdes' de Rajoy, sobre si Rubalcaba es o no el mejor ante las primarias del PSOE, sobre la actitud hipercrítica de Rosa Díez, sobre las afirmaciones demoledoras de Cayo Lara? Menudas propuestas para caminar hacia la unidad y la prosperidad de Europa. Escribo con la jornada de reflexión ante mí. Me digo que lo políticamente correcto es aconsejar, desde cualquier tribuna que se pueda ocupar, que la ciudadanía acuda a votar. No sé en qué estará pensando cada uno de los electores cuando acuda a su colegio electoral en esta jornada de domingo; sé, en mi fuero interno, que es mejor ir al encuentro de las urnas que no ir. Pero no sé si podría acertar a explicar, más allá de los tópicos, por qué.

 [email protected] 
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
2 comentarios