La caída en el precio del petróleo está convirtiéndose en un factor de primer orden a tener en cuenta en las políticas económicas de los países productores de crudo. Ayer, el banco central de Rusia volvía a subir su tipo de interés de referencia 100 pb, hasta el 10,5%, en un nuevo intento por frenar la fuerte depreciación del rublo y contener las presiones inflacionistas. Pero esta nueva medida no ha conseguido frenar la caída de la divisa ni borrar el pesimismo en una economía golpeada por las sanciones occidentales y el fuerte retroceso de los precios del petróleo. El rublo volvió a marcar nuevos mínimos, planteando con ello un desafío cada vez mayor para el presidente ruso, cuya popularidad se apoya en ofrecer estabilidad y prosperidad. La inflación rusa se está acelerando y todo hace prever que se necesitarán medidas más duras para convencer a los inversores de que Rusia puede superar sus problemas económicos y evitar la recesión. La gobernadora del banco central declaró ayer que la entidad anticipa salidas de capitales de hasta 120.000 millones de dólares el próximo año y que podría invertir hasta 85.000 millones en 2015 para defender al rublo. El banco ya ha usado más de 75.000 millones de dólares para defender su divisa este año, incluyendo más de 5.000 millones de dólares este mes, lo que ha supuesto una reducción de sus reservas que ahora están en alrededor de 416.000 millones de dólares.
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