El caso es que ayer me fui a ver un concurso de modelos. La revista Looc y Pasión turca, que es la oficina de relaciones públicas de turismo de Turquía organizaban en la discoteca Yoy Eslava la elección de la y el representante español que nos representará en el concurso mundial que se celebrará en Estambul en diciembre.
Como buena canapera que soy, enseguida me colé en la zona Vip y me senté al lado del mismísimo Modesto Lomba, miembro del jurado junto con Marta Sánchez (muy guapa y cada vez más rejuvenecida), Remedios Cervantes (que ganó el concurso hace 20 años), Lolita, tan simpática como siempre (y su guapísimo novio, Pablo Durán), el siempre encantador Raphael y el actor que hace de Tony en Cuéntame, Pablo Rivero.

En tan privilegiado lugar puede comprobar cómo las revistas nos engañan a las chicas. Ni tan guapas, ni tan estupendas, ni nada de nada. Están muy delgadas, eso sí, pero tipo bonito, lo que se dice bonito…pues no. Y de cara, pues tampoco son ninguna maravilla. También es verdad que no era un concurso de belleza pero es que pocas había que con maquillaje fueran realmente guapas. ¡Ah! y otra cosa. Ya que la naturaleza les ha otorgado esos cuerpos tan delgados, se podrían esforzar por endurecerse algo, ¿o no? Al fin ya al cabo se supone que van a vivir de sus cuerpos. Ya les digo, sentarse en primera fila permite ver muchas cosas.
En cuanto a los modelos chicos, pues no mejora demasiado la cosa. Buenos cuerpos, eso sí, los chicos suelen ser más adictos a los gimnasios
Mientras las y los aspirantes se cambiaban de modelo, la organización nos ofreció unos momentos musicales. ¡Y qué momentos! A mí se me hicieron eternos. Una chica, bastante rara ella, que se hace llamar la china, salió al escenario a, según ella, cantar. Según yo, berrear. Mis oídos se vieron seriamente dañados y enseguida opté por bautizarla como la tortura china. Hasta cuatro canciones interpretó. Tenían que haber visto la cara de Raphael cuando la chica actuaba. Un poema. Con una estética de añoranza de los ochenta, la muy peculiar tortura china, hizo de todo en el escenario menos cantar. Se tiró al suelo, tiró al público un zapato de tacón rojo, en fin, delicioso para quién entienda su arte. Yo, desde luego, no.
Al final ganaron los representantes de Guipúzcoa en categoría femenina y Madrid en masculina. Enhorabuena a los premiados que se dice en estos casos y mucha suerte en Turquía.
Por lo demás, una fiesta divertida. Mucho gay, mucha barra libre (poco canapé) y mucha fiesta.