Podemos: una alternativa necesaria

La irrupción de Podemos en el panorama político nacional ha generado una ventana de oportunidad histórica, una ocasión de transformación política única e irrepetible, solo comparable con el periodo de cambio que supuso la transición española. Un momento insuperable, pues, para acometer una profunda transformación política, económica, social y cultural en nuestro país que supere las limitaciones impuestas al final de la dictadura -que aún nos condicionan-, en aras de un deseo colectivo de cambio que cada día cobra mayor fuerza y relevancia, extendiéndose como un grito de imperiosa necesidad, y que se sintetiza en una máxima: democratizar la democracia.

Esta ardua y titánica labor solo puede ser realizada desde la ciudadanía y a partir de la implicación y las aportaciones de ciudadanos y ciudadanas que, habiendo tomado conciencia de la dramática y difícil situación que atraviesa nuestro país y de la magnitud de este reto, intenten dejar atrás su papel pasivo y se atrevan a asumir un nuevo rol de agentes transformadores de la realidad.

Y es que, a día de hoy, la realidad de Castilla-La Mancha es verdaderamente crítica y exige un cambio a todos los niveles, cambio solo posible y realizable a partir de la consolidación de una amplia mayoría social de ciudadanos y ciudadanas dispuestos a asumir este desafío.

Durante los últimos cuatro años, el gobierno del PP -con la presidenta De Cospedal a la cabeza- ha desarrollado una gestión de gobierno de nefastos resultados para nuestra región, una práctica de gobierno que ha orquestado un ataque a los servicios públicos y a los derechos de la ciudadanía de una brutalidad y encono difícilmente explicables. Y todo ello en nombre de la austeridad, en aras del equilibrio presupuestario y con el objetivo de la contracción del déficit; dogmas neoliberales todos ellos que se han aplicado de manera implacable.

El fracaso absoluto de estas políticas es evidente; ahora bien, desde según qué prisma, los resultados de esta práctica de gobierno pueden haber sido todo un éxito. Y es que, una vez analizada la situación actual y a la vista de los efectos cristalizados, se podría pensar que el fin perseguido por la administración De Cospedal no ha sido otro que buscar nuevos nichos de negocio para la oligarquía económica (incluso para amigos, afines y familiares) mediante la privatización y externalización de servicios públicos. En definitiva, crear nuevas áreas de negocio, y de beneficio, que antes eran inaccesibles por su carácter eminentemente público.

Mientras este saqueo de lo público se lleva a cabo, al tiempo que se dinamitan derechos de la ciudadanía, el PSOE es incapaz de presentar un proyecto que sirva de contrapunto a estas políticas neoliberales del PP, bien por incapacidad, bien por tener que atender ciertos intereses espurios que condicionan sus propuestas. Además, a día de hoy, y sumido en la autocomplacencia, puede estar cometiendo un error táctico y estratégico de bulto, fruto de una lectura sesgada y errónea de la realidad: insiste en proyectar sobre la ciudadanía una imagen de alternativa bipartidista al gobierno De Cospedal, sin entender o sin querer asumir que aunque el tablero de juego sea el mismo, los actores y la correlación de fuerzas han cambiado para siempre.

¿Y qué alternativa presenta Podemos? En estos momentos, Podemos-CLM se encuentra en un proceso interno de primarias del que saldrá su consejo ciudadano regional, un grupo de compañeros y compañeras, ciudadanos y ciudadanas, que desde la humildad, el trabajo y el ilusionante entusiasmo que la ocasión exige, se enfrentará a la labor de confeccionar un proyecto político y un programa electoral que respondan a las necesidades de nuestra gente. Y es que en Castilla-La Mancha, el momento que vivimos se presenta como una oportunidad histórica para desarrollar un ambicioso proyecto de transformación de hondo calado que persiga un doble fin. Por un lado, combatir la coyuntura económica y social de paro, de pobreza y de pérdida de derechos que años de crisis y de políticas de recortes llevadas a cabo por el gobierno regional han provocado; por otro, superar los condicionantes estructurales que frenan un mayor desarrollo económico, democrático, social y cultural de nuestra región.

La hoja de ruta a diseñar para tal fin debe girar inexorablemente en torno a un principio: la recuperación de la soberanía por parte de la ciudadanía (soberanía financiera, energética, industrial, medioambiental, alimentaria y democrática). Para este ambicioso proyecto, que debe aunar al mayor número de colectivos, plataformas y agentes sociales -en definitiva, la ciudadanía-, es necesario generar un profundo debate social que se articule sobre una serie de vectores primordiales: la refinanciación de la deuda; la necesidad de una banca pública; una política energética basada en energías limpias y renovables; una reindustrialización regional y una apuesta por la exportación y la internacionalización empresarial; un apoyo decidido a pymes y autónomos como motores de generación de empleo; la potenciación y modernización de las cooperativas; la recuperación del empleo público destruido en sanidad, servicios sociales, educación y dependencia; el desarrollo y expansión de la agricultura ecológica; la defensa y el incremento de los espacios verdes y la apuesta por la reforestación y la explotación sostenible del medio natural; una ampliación de la ayuda a la dependencia y su reconfiguración hacia la creación de empleo; una apuesta absoluta por la educación, la cultura y la I+D+i -estrechamente vinculada a la universidad- como fórmula de generación de valor añadido en la economía regional.

Además, la implementación de estas medidas económicas siempre irá orientada, por un lado, hacia el cambio y recomposición del modelo productivo de nuestra región y, por otro, hacia la recuperación de derechos y de la dignidad ciudadana. En definitiva, una política económica puesta al servicio de las personas, que persiga la justicia y la equidad social, condición sine qua non para una verdadera regeneración democrática que se sustente en la participación ciudadana, la transparencia y la lucha decidida contra la corrupción política.

Así se vertebra la alternativa de Podemos, una decidida apuesta por el cambio. La única alternativa capaz de frenar la metástasis neoliberal que asola nuestra región y que se materializa en la tríada formada por el deterioro consciente del sistema público, la privatización encubierta y la privatización directa de servicios públicos.

Ante la situación, pues, una pregunta flota en el ambiente, ¿Podemos? Usted tiene la última palabra. Nosotros lo tenemos claro, ¡Claro Que Podemos!

José Manuel Perujo 

@perujocampano

candidato al Consejo Ciudadano de Podemos Castilla-La Mancha por la lista Claro Que Podemos Castilla La-Mancha