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Caperucita Roja y Pinocho

Caperucita Roja y Pinocho

jueves 19 de febrero de 2015, 13:33h
Les juro que me tenían engañado. Desde que la gran Susana Díaz comenzó su andadura como heredera natural de Pepe Griñán me di cuenta que se había rodeado de una serie de asesores que le programaban milimétricamente cada una de sus actuaciones. Desde aquella sonada intervención en el Hotel Ritz de Madrid, nada más tomar posesión de su cargo que fue jaleada por todos los medios nacionales como si de la nada, de la noche a la mañana, hubiese surgido una estrella de la política española, hasta sus medidas actuaciones en los congresos socialistas y sus finjidas amenazas a sus socios de gobierno cuando éstos sacaban los pies del plato. Todo estaba más que estudiado y planificado por su consejo aúlico para que Supersusana fuese escalando puestos en el PSOE y en la política española hasta hacerse con el poder fáctico de este histórico partido. Porque no nos engañemos, Pedro Zapatero Sánchez puede que sea el teórico secretario general, pero lo es porque Susana quiere que lo sea y dejará de serlo cuando no le sea útil en su ascenso programado.  A Susana, de momento, lo que se le tiene dentro de su partido no es respeto, es simplemente miedo. Todos saben, incluso sus padrinos Chaves Griñán, que pueden caer en desgracia y ser sacrificados sin que a la presidenta andaluza le tiemble el pulso.

Sentada esta premisa y dejando clara mi más sincera admiración por el trabajo del equipo asesor que la rodea, no entiendo como no han sabido prever que el adelanto electoral en Andalucía no ya al mes de mayo con los comicios municipales, sino al 22 de marzo, podría ser un boomerang que se le volviera en su contra si, como podría ocurrir y ha ocurrido, el Tribunal Supremo imputara a los dos ex presidentes, Chaves Griñán y a los ex consejeros ZarríasMoreno Viera. Creo que todos pensaron, todos, incluída Susana, estaban casi seguros de que dicha imputación no llegaría hasta después de las elecciones y con ello Susana salvaría la campaña quedándose con las manos libres para ajustar cuentas internas una vez que hubiese conseguido ganar las elecciones. Es cierto que las comparecencias de los imputados no serán hasta el mes de abril, pero no cabe duda alguna que la campaña electoral andaluza se va a ver centrada y marcada por un asunto que Susana quería evitar por todos los medios, el macroescándalo de corrupción de los EREs fraudulentos. Alguien ha metido la pata hasta el corvejón con esta precipitada convocatoria electoral y puede que ello le cueste a Susana más de un disgusto. Sobre todo si se continúa hablando en todas las tertulias políticas de los EREs hasta el mismísimo 22 de marzo. El PP puede ser uno de los beneficiados, pero no cabe duda que quien más provecho puede sacar de este escándalo son los muchachos de Podemos que pueden subir como la espuma en una comunidad donde no tenían demasiado arraigo. 

Porque, claro, ahora todo el mundo se pregunta por qué Pedro Sánchez se ha cepillado de un plumazo por una supuesta corrupción al candidato de Madrid, Tomás Gómez, quien ni siquiera está imputado en causa alguna, y pone todas las excusas posibles para no pedirles las actas de diputados y senadores a Chaves,Griñán y compañía. Si a ello unimos que Susana ha bloqueado la posible imputación por la jueza Alaya de otros ex consejeros como Martínez AguayoÁvilaVallejo Recio, blindándolos en la Comisión Permanente del Parlamento, blanco y en botella. Sánchez no se atreve a hacer nada sin el permiso de Susana, y Susanaespera que el voto de los andaluces el 22-M vuelva a tapar, una vez más los escandalosos casos de corrupción de los gobiernos socialistas y le facilite al menos, su huída a Madrid. Y para colmo, las tan cacareadas primarias se han ido al traste y han quedado en el baúl de los recuerdos. Vamos, un desastre total.

Pienso sinceramente que en este cuento en el que Pedro Sánchez está quedando como Pinocho, por la de mentiras que se ha visto obligado a decir en los últimos días, Susana sigue ejerciendo de Caperucita Rojacomo si fuese la niña buena que nunca ha roto un plato. No sé en Madrid, pero aquí en Andalucía donde la conocemos mucho mejor y sabemos como funciona su aparato, estamos seguros de que esa imagen es absolutamente falsa y que su carisma es sólo una pose sin fondo alguno. Y Susana debe recordar que aCaperucita Roja se la zampó finalmente el lobo de Podemos disfrazado de abuelita. "Abuelita, abuelita, qué dientes más grandes tienes..." Mucho va a tener que vender Susana para encontrar al cazador que la saque de los tripas del de la coleta..
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