Perdida en su laberinto

Si le aseguran hace dos meses que iba a pasar por el calvario que está pasando estoy convencido de que nuestra superpresidenta en funciones, Susana Díaz, no hubiera ido tan sobrada a las elecciones anticipadas. Ella, tan prepotente, tan creída, tan alabada en los cenáculos madrileños como la gran esperanza socialista que iba a revitalizar al histórico partido que Zapatero y Rubalcaba hundieron en la miseria, está comprobando en sus propias canes que no todo el monte es orégano y que, por más que le pese, uno debe de asumir sus propios errores bajándose del pedestal en la que la han encumbrado. Porque puede decir misa, pero la única responsable del lío en que ha metido a la política andaluza es ella y sólo ella. De momento han pasado ya casi dos meses de la cita electoral y Susana, que pensaba que iba a ser investida con la mayoría simple de sus 47 diputados antes de que se celebrasen las elecciones municipales, sigue mareando la perdiz y no atisba de momento posibilidad alguna de que Podemos, Ciudadanos o el PP se abstengan. Y es que, poco a poco ha ido complicando las cosas al no hacer concesión alguna a los partidos que pudiesen en un momento dado permitir su investidura.

Tres votaciones y tres idénticos resultados, 47 votos a favor y 62 en contra. Algo que no había ocurrido ni en los peores momentos de Borbolla, Chaves o Griñán. Y cada día que pasa queda menos tiempo, "tic-tac, tic-tac", como decía Pablo Iglesias- para que se cumpla el inexorable plazo marcado por el artículo 118 del Estatuto de Autonomía, ya saben, "si transcurrido el plazo de dos meses a partir de la primera votación, ningún candidato hubiera obtenido la mayoría simple, el Parlamento quedará automáticamente disuelto y el presidenta de la Junta en funciones convocará nuevas elecciones". El 5 de mayo se celebró la primera votación, luego el 5 de julio, que para más inri es domingo, se acaba el plazo dado por la ley. "tic-tac" y se han enconado tanto las posturas que cada día cobra más fuerza la posibilidad de que en septiembre los andaluces tengamos que acudir de nuevo a las urnas, anda que vaya añito que nos dio el tío del tambor

De todas formas decía hace una semana y lo mantengo que la clave de todo este lío en que nos ha metido Susanita está en lo que ocurra el próximo 24 de mayo no sólo aquí sino en el resto de comunidades y ayuntamientos de toda España. Ese Domingo del Rocío va a poner las cartas sobre la mesa de todas esas nuevas fuerzas emergentes que se van a hace con las llaves de las alcaldías y las autonomías. Lo lógico es que Podemos pacte con el PSOE e Izquierda Unida para arrebatarle poder al PP, y que Ciudadanos juegue con dos barajas porque, por más visitas que Albert Rivera haga a Andalucía, el líder de los naranjitos tiene en su cabeza Madrid y Barcelona, que son las dos plazas donde él se va a jugar su futuro.

En mi anterior artículo apostaba porque en el próximo Pleno de Investidura, que podría celebrarse en la primera semana de junio cuando ya todos los partidos hayan descubierto sus cartas sobre los posibles pactos, Podemos y Ciudadanos se abstendrán para que Susana gobierne tras casi cuatro meses de interinidad y teniendo sobre su cabeza la espada de Damocles de una moción de censura si no se anda con cuidado. En definitiva solo nos queda esperar y contemplar cómo Supersusana, como un Teseo cualquiera, intenta escapar del laberinto de Dédalo que ella misma ha construído, y, además, sin tener un hilo de Ariadna lanzado por su jefe de filas, Pedro Sánchez, que le marque la salida mas honorable. Ya les aseguro que si se mantiene en su actual postura de que ella vale más que toda Andalucía junta, vamos directos a unas nuevas elecciones tan imprevisibles o más aún que las del pasado 22 de marzo. Ojalá y me equivoque.