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Crecimiento económico: sí, pero menos

miércoles 07 de octubre de 2015, 00:05h

El Banco de España estima que la economía creció en el tercer trimestre un 0,8% frente al 1% registrado en el segundo trimestre y ello supone que el crecimiento del PIB en España, que viene destacando positivamente entre los países del área euro y que lo seguirá haciendo a corto plazo, se toma un respiro y que las tasas más altas de crecimiento han quedado atrás como consecuencia del menor empuje de la demanda interna, así como a una contribución más negativa de la demanda externa.

No hay cambios significativos en la composición. El motor de crecimiento sigue siendo la demanda nacional, que podría haberse moderado como consecuencia de una desaceleración del gasto público (el ciclo electoral pudo adelantar gastos al primer semestre) y de la inversión en bienes de equipo (el componente de la demanda más sensible al entorno exterior).

El gasto de las familias, se espera que haya mantenido tasas de crecimiento similares a las del trimestre anterior, apoyado en la mejora del empleo, el aumento de la renta disponible por la caída de la inflación y la expectativa de rebajas de impuestos.

Las exportaciones de bienes se ha ralentizado como consecuencia de la desaceleración de las economías emergentes, pero las importaciones mantienen las tasas de crecimiento del trimestre anterior, por lo que la contribución negativa del sector exterior podría haber aumentado levemente.

De cara al año 2016, el impulso de la demanda interna permitirá que el PIB mantenga tasas de crecimiento elevadas, pero moderándose progresivamente, estimándose un crecimiento del 2,8% frente al 3,1% en 2015 como consecuencia de la depreciación del euro o la caída del precio del petróleo, cuyos efectos se irán diluyendo.

El porcentaje de crecimiento queda lejos de ese 4% preconizado por S&P y el ministro De Guindos la pasada semana para los próximos años cuando glosaba la mejora del rating que la agencia norteamericana que otorgaba a la deuda española basándose en tal alto índice de crecimiento.

Todo ello, unido a las advertencias del FMI sobre la desaceleración económica a nivel global por la pérdida de impulso de los países desarrollados y la desaceleración de los emergentes, particularmente China, debería obligar a las autoridades económicas españolas a reavivar el debate sobre las reformas que necesita la economía para prolongar la fase expansiva actual, algo en lo que sistemáticamente insiste M. Draghi, presidente del BCE y que el gobierno español parece haber decidido paralizar a la espera de los resultados de las próxima Elecciones Generales.

Por el contrario, el gobierno ha optado por vender optimismo de cara a los próximos comicios aun a sabiendas que las tasas de crecimiento a partir de 2017 no está claro, ya que para ese año y siguientes, habrán desaparecido las muletas de la economía: precio del crudo, política expansiva del BCE, tipo de cambio euro/dólar, situación de los países emergentes…

Carlos Díaz Güell es editor de tendenciasdeldinero.com

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