La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, descartó este domingo que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero celebre un encuentro con su homólogo estadounidense, George W. Bush, antes del fin de la actual legislatura española.
La vicepresidenta dijo que no está previsto una reunión entre los dos mandatarios antes de las elecciones españolas en marzo, a pesar de las menciones a esa posibilidad generadas por el encuentro a finales de octubre del ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, con la secretaria de Estado, Condolezza Rice, en Washington.
A pesar de ello, la vicepresidente consideró que las relaciones entre los dos países han mejorado considerablemente desde el "desencuentro" que causó la decisión española de retirar sus tropas de Irak tras la victoria socialista en 2004.
"Ni los intereses de los españoles en Estados Unidos se han visto afectados, ni los de los estadounidenses en España", apuntó Fernández de la Vega durante un encuentro con la prensa en Nueva York donde se encuentra para participar en varios actos de la ONU.
En ese sentido mencionó que se reúne frecuentemente con el embajador de EEUU en Madrid, Eduardo Aguirre, y destacó que la colaboración con Washington en asuntos como la lucha antiterrorista es "extraordinaria".
De todos modos, se reafirmó en la decisión tomada por el presidente Zapatero después de su triunfo electoral el 14 de marzo del 2004 de retirar el contingente español en Irak, medida que fue recibida con visible desagrado por la Casa Blanca.
"Lo volveríamos a hacer de la misma forma", afirmó Fernández de la Vega.
Lo acertado de la decisión de Madrid, prosiguió la viceministra, lo demuestra "la catástrofe de dimensiones horribles" que supone el conflicto que ha seguido a la intervención en Irak de EEUU y sus aliados.
El enfriamiento de las relaciones bilaterales se refleja en el hecho de que Bush y Zapatero no se han reunido en los últimos tres años, más allá de intercambiar saludos protocolarios en cumbres internacionales.
Fernández de la Vega también consideró "impensable" que la amenaza del presidente venezolano Hugo Chávez de romper relaciones y perjudicar los intereses españoles si la "oposición de derechas" gana interfiera en las próximas elecciones.
La vicepresidenta advirtió que "nadie va a jugar un papel desestabilizador" en los comicios generales de marzo en los que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se presenta a la reelección.
"España no va a permitir que haya ningún tipo de desestabilización. Tenemos una democracia consolidada", aseguró Fernández de la Vega en un encuentro con la prensa con motivo de su visita a Nueva York para asistir a diversos actos de la ONU.
El presidente Chávez aseguró el sábado que si "la derecha española vuelve al gobierno" en España entonces "se acabaría" la relación bilateral y Carcas adquiriría las inversiones españolas en sectores como la banca y el petróleo.
Fernández de la Vega declinó comentar específicamente sobre esas palabras del mandatario venezolano, que en la última Cumbre Iberoamericana protagonizó un incidente con el rey Juan Carlos cuando el monarca lo mandó a callar por interrumpir una intervención de Zapatero.
La vicepresidenta aseguró que "el Gobierno no va a entrar a hacer declaraciones sobre declaraciones".
"El Gobierno venezolano sabe cuál es la posición del Gobierno español", indicó.
Sin embargo, sí valoró que la mayoría de los países latinoamericanos están a favor del modelo defendido por España de gobernabilidad democrática y crecimiento sostenible, "frente a los populismos".
"La posición antiespañola no tiene seguimiento en Latinoamérica. España goza de un gran prestigio", aseguró.
En su opinión, excepto Nicaragua, ningún otro país siguió en la Cumbre de Santiago de Chile la línea de críticas lanzada por Chávez a las empresas españolas y la supuesta injerencia de sus diplomáticos en la región.
De todos modos, indicó, el Gobierno español está trabajando "para resolver las discrepancias con responsabilidad, prudencia y con rigor", por lo que abogó por la "diplomacia callada".
"Tenemos muchos intereses venezolanos en España, y muchos intereses de los españoles en Venezuela", agregó.
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