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Sánchez e Iglesias convierten las elecciones en un plebiscito sobre su liderazgo

> El líder del PSOE lanza un duro ataque al de Podemos y trata de sembrar la división con alabanzas a Iñigo Errejón y Mónica Oltra > Mariano Rajoy cierra la última ronda de consultas con el Rey para reconocer que sigue sin tener apoyos suficientes para su gran coalición

martes 26 de abril de 2016, 19:48h

Ambos saben que después del 26J sólo se habrá dilucidado cuál de los dos tiene más votos que el otro. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han convertido las elecciones en un plebiscito sobre su liderazgo y el tablero seguirá, si el PP y Ciudadanos no les dan un disgusto en forma de mayoría absoluta, prácticamente igual que ahora. Mariano Rajoy también ha tirado definitivamente la toalla y acude a las urnas para seguir siendo el partido más votado con la actitud del que se sienta a esperar ver pasar el cadáver de su enemigo, o de varios con un poco de suerte. Albert Rivera también se tienta la ropa con sus votantes y el precio que tendrá que pagar por su acuerdo fallido con el PSOE.

Sánchez e Iglesias convierten las elecciones en un plebiscito sobre su liderazgo
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(Foto: EP)

El incansable portavoz de Compromís Joan Baldoví aún confiaba a media tarde en que “alguien podría recapacitar” antes de agotarse definitivamente el tiempo. Prometía, incluso, dejar su teléfono abierto toda la noche a la espera de una llamada que hiciese realidad el ‘acuerdo del Prado’, el último y confuso intento desde el entorno de Podemos para alcanzar un pacto de Gobierno con el PSOE.

La jugada de la valenciana Mónica Oltra no ha gustado a todo el mundo -especialmente a Xavier Domènech, de En Comú Podem- y ha servido a Pedro Sánchez para lanzar su campaña electoral con su ‘si’ a la oferta de Compromís que Pablo Iglesias, sin embargo, afirma que es un ‘no’. Entre ambos han conseguido elevar a un nuevo nivel el diálogo de sordos a cuenta, como era de esperar, de la composición de ese hipotético gobierno “del Prado”. Ese es realmente el único de los 30 puntos del documento de Compromís que les separa.

Mariano Rajoy, por su parte, ha cerrado la última ronda de consultas del Rey sin pena ni gloria, con una rueda de prensa de poco más de 15 minutos en la que ha reconocido una vez más que carece de apoyos suficientes para la “propuesta más razonable”, la gran coalición con el PSOE que hoy mismo Pedro Sánchez ha vuelto a rechazar.


"Frustración y cabreo" de Patxi López


Mientras tanto, los periodistas empiezan a preguntar ya si habrá debates en la campaña electoral: “Pregunten a mi jefe de campaña”, ha respondido el aún presidente en funciones. Y lo que le queda.

Al filo de las 20.30 horas, el presidente del Congreso, Patxi López, compareció para confirmar lo inevitable, la decisión del Rey de no proponer ningún candidato a presidente del Gobierno. El socialista vasco cerrará el próximo 3 de mayo la legislatura más corta de la Democracia española, que salvo un milagro que lo remedie, repetirá por primera vez unas elecciones generales.

No parece que le haga ninguna gracia a Patxi López pasar a la Historia parlamentaria de esta forma, o eso se deduce de los términos “frustración y cabreo” que usó para advertir a todas las fuerzas políticas de lo que les espera en la campaña electoral.

El que sí va a pasar a la Historia es Mariano Rajoy como el presidente que más tiempo ha ocupado el cargo.

Hoy la guerra era en la izquierda y por “el relato”, una de las expresiones de moda para definir el argumentario de los partidos. Quien consiga imponer el suyo, ganará las elecciones. Pedro Sánchez ha empezado a escribir el suyo con dos ideas principales: que él ‘sí’ ha aceptado la oferta de Compromís -o casi- y que la culpa es de Pablo Iglesias y de Juan Carlos Monedero, el “ala dura” de la formación morada, que sólo piensan “en los sillones”.


La herida de Podemos


Sánchez no ha parado aquí en su primer ataque preelectoral contra su principal adversario. Ha intentado hurgar en la herida de los problemas internos de Podemos “después de Semana Santa”, es decir, después de su intento de investidura. Según el líder socialista, si hubiera dependido de Íñigo Errejón y Mónica Oltra, el acuerdo ya estaría hecho.

Sus continuas referencias a ambos han sonado a oferta cuando ha dicho que el problema de Compromís es que se equivocó en las anteriores elecciones al elegir socio electoral. La indirecta a Errejón es evidente en plena campaña para situarlo en la órbita del PSOE.

En cuanto a los socialistas, el camino de las urnas aún tiene que pasar por las primarias para elegir el candidato. Será el 8 de mayo, apenas unos días después de la disolución de las Cortes, y Sánchez se ha mostrado convencido de que las ganará “con un amplio apoyo”. En principio es lo más probable dado el silencio de Susana Díaz, la única que podría ponerle en aprietos. La baronesa andaluza, como Alberto Núñez Feijóo en el PP, esperará al congreso del partido que se celebrará dentro unos meses. Si no se aplaza de nuevo, también igual que los populares.

A continuación se desatará la guerra de las listas. Vistas las cifras del 20D, que dejaron fuera a mucha gente tanto en el PSOE como en el PP, habrá más que palabras por figurar en los puestos de salida.

En la trinchera de enfrente, Podemos e IU disponen hasta el día 13 para decidir si concurren unidos y, sobre todo, bajo qué fórmula jurídica. Otros que también tendrán que correr para aprovechar una de sus principales bazas frente al PSOE.

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