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Día Internacional de las desapariciones forzadas: 44.159 casos en 91 países
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(Foto: Amnistía Internacional)

Día Internacional de las desapariciones forzadas: 44.159 casos en 91 países

martes 30 de agosto de 2016, 11:33h
El 30 de agosto se celebra el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, y actualmente hay 44.159 casos abiertos en 91 estados, registrados desde 1980, según los últimos datos de la ONU. Amnistía Internacional aprovecha este día para denunciar que los gobiernos continúan usando esta práctica atroz para acallar la disidencia y eliminar cualquier oposición política, así como para perseguir a grupos étnicos, religiosos y políticos. Mientras España sigue privando a las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo del derecho a la verdad, la justicia y la reparación, países como Egipto, Siria y México, se han convertido en puntos calientes de este tipo de crímenes.

“Desaparecen sin dejar rastro y, en la mayor parte de los casos, nunca se vuelve a saber de ellas. Son las víctimas de desapariciones forzadas, detenidas por agentes del Estado o personas que actúan en su nombre y se niegan a reconocerlo”, explica la organización. Según los últimos datos del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas, desde 1980 siguen abiertos 44.159 casos en 91 estados. Sólo entre el 16 de mayo de 2015 y el 18 de mayo de 2016, se registraron 766 nuevos casos en 37 Estados.

El modus operandi de las desapariciones forzadas es siempre el mismo: las víctimas son detenidas en su casa o en la calle, sin que nunca se les comunique a las familias su paradero. A menudo, estas personas sufren tortura y viven con el temor constante a que las maten. Esta práctica sitúa a la persona detenida fuera de la protección de la ley y la aísla del mundo exterior, poniéndola en una situación en la que corre un elevado riesgo de tortura o incluso de ejecución extrajudicial. Amnistía reclama a los gobiernos que realicen las investigaciones apropiadas y se comprometan en la erradicación de esta práctica.

Egipto, México y Siria, tres 'puntos calientes'

En Egipto, la desaparición forzada se ha convertido en un instrumento clave de la política de Estado para intimidar a la oposición y acallar la protesta pacífica. Cientos de ciudadanos corrientes, estudiantes, a veces menores de edad, y activistas políticos son secuestrados por la Agencia de Seguridad Nacional y recluidos en secreto, en condiciones crueles e inhumanas para forzar una confesión. Según diversas organizaciones de derechos humanos egipcias, actualmente entre tres y cuatro personas son detenidas cada día en el país.

Uno de los casos más terribles documentados por Amnistía Internacional es el de Islam Khalil, de 26 años, que fue sometido a 122 días de desaparición forzada en 2015. Esposado y con los ojos vendados durante todo el tiempo, los interrogadores le propinaron brutales palizas, le aplicaron descargas eléctricas -incluso en los genitales- y lo mantuvieron colgado y desnudo durante horas en la ciudad de Tanta, al norte de El Cairo. En una ocasión, su interrogador le dijo: “¿Crees que vales algo? Podemos matarte, envolverte en una manta y arrojarte a cualquier contenedor de basura y nadie preguntará por ti”.

En México, en septiembre de 2014, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que se dirigían a una protesta contra las reformas educativas del gobernador fueron atracados por la policía y hombres armados en Iguala. Casi dos años después, sólo se ha encontrado el cuerpo de uno de ellos; los 42 restantes continúan en paradero desconocido. En abril de 2016, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), nombrado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, acusó al Gobierno mexicano de no haber seguido las líneas de investigación claves, manipular evidencias, proteger a oficiales sospechosos de participación en las desapariciones forzadas y de torturar a presuntos sospechosos para asegurar “confesiones”. Además, según el GIEI, el Gobierno negó una petición de los expertos y familiares de extender su mandato y continuar con su investigación.

Los 43 estudiantes de Ayotzinapa son un caso emblemático de una larga lista de personas desaparecidas en un país en el que persiste la impunidad y donde esta práctica continúa estando generalizada. Al término de 2015, el Gobierno mexicano informó de que 27.638 personas se hallaban en paradero desconocido, pero no especificó cuántas de ellas habían sido sometidas a desaparición forzada.

En Siria, el número de desapariciones forzadas continúa incrementándose. Según un informe de 2015 de Amnistía Internacional, el Estado se está beneficiando de estas prácticas a través de un insidioso mercado negro en el que los familiares, desesperados por averiguar la suerte de sus seres queridos, son extorsionados para que paguen por esa información. La Red Siria de Derechos Humanos ha documentado al menos 65.000 desapariciones desde 2011, de las que 58.000 corresponden a civiles.

En algunos casos, especialmente en los dos últimos años, las desapariciones forzadas se han utilizado de forma oportunista para realizar ajustes de cuentas u obtener beneficios económicos, lo que ha exacerbado esta práctica.

En otros países como Camerún, Sri Lanka, Turquía, Bosnia Herzegovina o Serbia, Amnistía Internacional también ha documentado desapariciones forzadas en los últimos años. El último informe del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas de Naciones Unidas señala que el grupo ha recogido desde su creación, en 1980, un total de 55.273 casos, de los que 44.159 siguen abiertos. De acuerdo con estos datos, los diez países con mayor número de desaparecidos registrados desde 1980 son Irak (16.560), Sri Lanka (12.349), Argentina (3.446), Algeria (3.168), Guatemala (3.154), Perú (3.006), El Salvador (2.673), Colombia (1.260), Chile (907) y Filipinas (786).

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