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Iglesias y Errejón definen posiciones ante el debate sobre el 'tono' de Podemos
(Foto: Dani Gago/Podemos)

Iglesias y Errejón definen posiciones ante el debate sobre el "tono" de Podemos

miércoles 21 de septiembre de 2016, 07:19h
El desencuentro expresado por Pablo Iglesias e Íñigo Errejón sobre el "tono" del discurso de Podemos va más allá de los aspectos superficiales de la estrategia de Podemos y se enlaza con el debate sobre la identidad del partido. El líder de la formación morada defiende la recuperación de un discurso más indignado y más duro que sirva para "politizar el dolor" y diferenciarse de los demás partidos. Errejón prefiere definir un tono que sea más útil para sumar a personas que proceden de opciones más moderadas y convierta a Podemos en un proyecto de Gobierno.

La formación morada ha decidido avanzar en los debates internos a pesar de la incertidumbre de la gobernabilidad y la amenaza de unas terceras elecciones. Ya tras los últimos comicios generales, Pablo Iglesias anunció el fin de la hipótesis del 'asalto a los cielos' y la apertura de una nueva etapa interna en la que se dibujaban varios ejes de debate. Estas cuestiones van a preceder a la preparación de una nueva Asamblea Ciudadana estatal, que defina los elementos concretos de esta segunda etapa del partido.

En este sentido, el líder de Podemos ha decidido reabrir esta semana uno de los ejes del debate referido al "tono" que tiene que adoptar la formación en el escenario político. Este aspecto ya fue mencionado al analizar las posibles causas de la pérdida de un millón de votos en las elecciones del 26 de junio.

Entonces, ya Iglesias descartó que el tono fuera un problema, mientras que otros dirigentes, como Íñigo Errejón, consideraban que era uno de los elementos que se podía mejorar. El debate se concentró en un ejemplo muy notable: la referencia a la "cal viva" de Felipe González espetada por Iglesias al PSOE mientras aún se estaban produciendo las negociaciones.

El número dos de Podemos llegó a señalar públicamente que era necesario rebajar el tono de las interpelaciones entre los partidos, aunque evitó entrar en la confrontación directa con Iglesias.

Iglesias: politizar el dolor

El debate a futuro va más allá del diálogo con el PSOE y se entronca con el sentido de la identidad misma de Podemos. De alguna manera, es la evolución de otro debate ya antiguo en la formación morada sobre si ser un partido para la indignación o para el Gobierno y se centra en el aspecto donde se han producido más choques entre Iglesias y Errejón: la estrategia y el discurso.

Según el líder de Podemos, la formación morada no debe evitar un discurso "duro" o no debe rehuir el hablar claro para no molestar. El objetivo es el de diferenciarse del resto de partidos y luchar contra la idea de que Podemos se ha ido asemejando a un partido tradicional una vez están dentro de las instituciones.

Para ello, Iglesias ha reivindicado la parte indignada del partido. "Lo principal del lenguaje del 15M, lo principal del lenguaje de Podemos, no era la identidad ideológica, era la politización del dolor", ha asegurado.

Iglesias ha añadido que "politizar el dolor" -esto es, hablar sin tapujos sobre los problemas de la gente- puede sonar a veces duro, pero ha defendido que eso es lo que caracteriza a Podemos.

Como crítica directa a la estrategia de Errejón, Iglesias ha calificado como "un torpe silogismo" la idea de que "hay que parecerse un poco a los partidos tradiciones para que te voten los que en el pasado votaban a los partidos tradicionales".

Utilizando una metáfora musical, el líder de Podemos ha asegurado que tienen que sonar más a Bruce Springsteen y menos a Coldplay.

Errejón: la seducción transversal

"El Podemos que puede gobernar en España es otra cosa, más predecible, menos sexi, pero al mismo tiempo que genere menos incertidumbre y miedo", apuntaba Errejón en julio. La clave de la posición de Errejón es la seducción a los votantes que miran con simpatía a Podemos pero que aún no se han decidido a votarles.

Ante la intervención de Iglesias este martes, el secretario político de Podemos volvía a defender que la prioridad ya no debía ser dar miedo a los poderosos, porque eso ya se había conseguido.

La idea detrás de la tesis de Errejón es que la agresividad también puede ahuyentar a parte de los votantes que proceden de otras opciones políticas.

A esta posición se ha sumado el grupo 'Pueblo,Patria, Podemos' -ligado al sector errejonista- que ha negado que la diferencia sea simplemente entre radicalidad y moderación y lo ha unido al debate de la transversalidad, es decir, a la capacidad de atraer a personas que proceden de diferentes opciones.

Este grupo ha comparado la actitud de ser una "fuerza que dice ser muy dura y agresiva" con la "marginalidad autocomplaciente" de algunas fuerzas que se quedaban en el 10% de los votos, en referencia a la antigua Izquierda Unida.

Este debate se enmarca dentro de la asunción compartida por toda la cúpula de Podemos de que el partido debe transformarse de una maquina de guerra electoral a un "ejército regular". Iglesias y Errejón coinciden en que el objetivo debe ser el de crear una organización más enraizada, que pueda plantarse a largo plazo y que pueda gobernar, aunque sea tras unos años en la oposición. Las discrepancias empiezan cuando se plantea cómo lograrlo.

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