Pécker, el amigo, el maestro

Se nos ha muerto un maestro de la radio, del periodismo, de la amabilidad, un amigo. Se nos ha ido como del alma José Luis Pécker, con quien tanto quería a esta ciudad. El hombre de la palabra clara y concreta, llevaba callado algún tiempo, perseguido por los años y los avatares de la vida. Nunca perdió su afabilidad, su generosidad, su sentimiento de madrileño desprendido, enamorado de una ciudad a la que siempre quiso mejorar con su crítica y de la que contaba su historia y sus anécdotas como nadie. Era el maestro amigo. Su voz, como un trueno, invadió los hogares en aquella radio de los años sesenta y setenta y se convirtió en estrella propia de ese medio. Hizo también su incursión en el mundo de la televisión con el programa “Un millón para el mejor”. Formó parte del mejor plantel de aquella radio de ocio y no de información y sobrevivió a la transformación de este medio ya en plena transición.

Con José Luis Pécker he compartido muchas horas de charla sabia y distendida. Era un tertuliano que embaucaba con su voz y con su verbo, un auténtico profesor de la palabra. Hemos compartido tertulias en el Foro de Madrileños de Madrid, del que ambos somos socios. Le agradezco las palabras sentidas, preciosas, cuando este Foro me homenajeó, y a uno le entra cierto sonrojo cuando escucha del maestro ese discurso que refrenda una amistad de muchos años.

Cuando ayer llegó la noticia de su muerte, se me clavaron cristales en el alma. Es de esas muertes sentidas de verdad, de las que duelen. La muerte de un trabajador nato, incansable, de un conversador de lenguaje puro y cristalino, ocurrente, un gran improvisador del discurso ameno. Gracias José Luis por tantos años de amistad personal y de entrega a esta profesión de la que fuiste maestro, jubilado prematuramente por quienes entienden que el magisterio tiene fecha de caducidad. Descansa en paz José Luis y que tu voz me siga llegando desde el cielo como un trueno.

¡Ah, señor alcalde! Estoy convencido de que usted ya ha pensado que una calle de Madrid lleve el nombre de José Luis Pécker.

Ángel del Río