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Iguales a los mismos

Iguales a los mismos

martes 15 de enero de 2008, 03:54h

Para conquistar la ingenua voluntad de sectores populares mayoritarios resentidos por sus necesidades básicas insatisfechas, el economista Rafael Correa y sus compañeros electorales atacaron duramente al sistema partidista vigente en las últimas décadas, así como a sus principales actores políticos, e hicieron creer que con el voto ciudadano impulsarían un cambio, eliminando a “los mismos de siempre”.

Lo que se cuestionó a la vieja forma de hacer política fue la manipulación de la voluntad popular mediante el engaño y la demagogia. Se combatió la política del “toma y daca”, en que se entregaban cargos de Gobierno a ciertos grupos de presión a cambio de su respaldo en las decisiones difíciles, o de la movilización en las calles para dar la impresión de que no se afectaba al pueblo.

Se criticó que las fuerzas políticas que alcanzaban una mayoría en organismos de representación popular adoptaran decisiones por el peso de la mayoría, sin respeto alguno para la opinión pública o los grupos de representación minoritaria, lo que se calificó como el “el peso de la aplanadora”.

Con justa razón fueron condenados los actos de corrupción por adjudicaciones hechas “a dedo” en la contratación pública, torciendo la ley para impedir los procesos legales de control y transparencia. Y, para no cansar con detalles, se criticó duramente el sometimiento de diputados en el Congreso a las instrucciones que les impartían, desde afuera, instancias políticas superiores, según los intereses que querían promover o defender.

Y ahora lo que sucede es que, con nuevos actores que dicen tener “manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes”, han desaparecido los viejos políticos y sus estructuras partidarias, pero los actuales están haciendo exactamente lo mismo que hicieron los anteriores, luego de que sus garroteros aliados sometieron a piedras y patadas al Tribunal Supremo Electoral y al Tribunal Constitucional, subordinados ahora al Ejecutivo, y desmantelaron a los diputados del Congreso hasta su virtual disolución por parte de la Asamblea, eliminando toda instancia de control.

La Asamblea Constituyente asumió fuera de su competencia los plenos poderes para decidir todo, y bajo las órdenes del Gobierno está actuando no solamente como lo hacía el Congreso Nacional en su última etapa, sino peor que eso, y de común acuerdo con el presidente de la República están… iguales a los mismos.

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Artículo publicado en el Diario HOY y reprooducido con autorización de su autor.

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