Espinosa y el buque Miguel Oliver en Buenos Aires

La Ministra de Agricultura Elena Espinosa estará en Buenos Aires entre el 12 y 13 de febrero, donde tendrá entrevistas con el ministro de Economía argentino, Martín Lousteau, en la que abordarán las relaciones bilaterales en materia de agricultura y pesca.
 
Además, la ministra se reunirá con representantes del sector pesquero español que opera en la Argentina y presentará la campaña que el buque oceanográfico español “Miguel Oliver” lleva a cabo en aguas del Atlántico Suroccidental, en la que participan científicos argentinos.

Un buque sumamente importante

El  “Miguel Oliver” es el tercer buque de investigación de la flota pesquera y científica del MAPA, junto con el "Vizconde de Eza", y el "Emma Bardán". El barco lleva el nombre del biólogo marino y oceanógrafo, y Secretario General de Pesca Marítima entre los años 1982 y 1986, Miguel Oliver.

Se trata del buque más moderno de investigación pesquera y oceanográfica en activo en España y uno de los más sofisticados en el panorama internacional, constituyendo un auténtico laboratorio flotante.

Para el desarrollo de sus misiones de investigación pesquera, el buque está equipado con sistemas acústicos, destinados a la detección de bancos de pesca. Los sistemas de detección de pesca y de monitorización del comportamiento del arte, se pueden configurar para que se adapten a diferentes artes: arrastre, cerco, palangre, entre otros.

Para la investigación oceanográfica dispone de varios laboratorios, lo que le permite realizar distintos tipos de campañas: de biología, de geofísica, geología, etc. Además, el buque está calificado como un buque ecológico y silencioso, ya que es el primer barco español que cumple la norma ICES 209 sobre emisión de ruidos y vibraciones al agua.

Con este tercer buque, la Secretaría General de Pesca Marítima del MAPA puede atender las numerosas solicitudes para la realización y estudios de caladeros nacionales e internacionales y suministrar una valiosa información a las Administraciones Pesqueras de los Estados con la finalidad de adoptar medidas que garanticen el uso sostenible de los recursos pesqueros.

El “Miguel Oliver”, cuyo coste fue de 24 millones de euros  inició su actividad científica el 7 de julio de 2007 en Hatton Bank, banco de pesca situado al noroeste de Irlanda. Su principal objetivo fue cartografiar los fondos marinos del área donde habitualmente faena la flota española, con especial atención a la distribución de corales de aguas frías, esponjas y otros invertebrados bentónicos. Además, el Miguel Oliver ha llevado a cabo campañas en Panamá, Perú y, en la actualidad, en el Atlántico Sur

Evaluará los ecosistemas marinos vulnerables en el Atlántico Sur

El buque oceanográfico y de investigación pesquera “Miguel Oliver” ha sido destinado por el Gobierno de España para llevar a cabo la evaluación científica de los ecosistemas marinos vulnerables en el Atlántico Sur.

Este buque, propiedad del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, va equipado de los últimos avances para explorar los fondos marinos, como son ecosondas capaces de alcanzar los 7000 metros de profundidad, maquinillas de pesca capaces de pescar a más de 1500 metros o dragas capaces de obtener muestras del fondo marino a gran profundidad.

Las campañas científicas han sido diseñadas por la Secretaría General de Pesca Marítima junto con el Instituto Español de Oceanografía y pretenden cartografiar los fondos marinos de la plataforma del Atlántico suroccidental en Alta Mar, hasta los 1500 metros de profundidad y tomar muestras que permitan la descripción de los tipos de fondos y la fauna bentónica asociada a los mismos. En la campaña participan científicos argentinos, en función de su experiencia y conocimiento de la zona.

La metodología utilizada ha sido avalada por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) y para cubrir todo el área prevista serán necesarios 8 meses de trabajo. 

El barco permanecerá en la zona hasta el mes de abril de 2008 y volverá a regresar a la misma en octubre de 2008 para completar la misión. Los trabajos de la primera fase se han ordenado en 4 campañas sucesivas. La tercera de estas campañas acaba de finalizar. Y aunque todavía se está procesando la información se comienzan a tener los primeros resultados de los datos recogidos en las dos primeras campañas, que nos muestran el relieve y la composición de los fondos en la primera zona de muestreo.

En esta primera fase se ha observado el contorno de la plataforma. La diversidad de sus relieves presenta una zona arenosa, un sistema activo de cañones desarrollados perpendicularmente al talud, Megaripples y posibles marcas del paso de témpanos al pie del talud. En algunas zonas del  estrato comprendido entre los 500 y los 1000 metros de profundidad, se ha constatado la presencia de corales vivos (Gorgonias) y esponjas obtenidas en los lances de pesca.

Con el ánimo de confeccionar un estudio de calidad en esta zona el buque Miguel Oliver y todo el equipo implicado en la campaña en tierra y mar, seguirán trabajando para hacer realidad este proyecto. Desde el Gobierno de España se agradece la participación del personal científico argentino en este proyecto.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación desarrolla una política  dirigida a garantizar la protección de los ecosistemas marinos vulnerables frente a los daños que pudiera ocasionar el uso de determinados artes de pesca que inciden sobre el medio marino. Así, en 2004 se afrontó de forma decidida el reto de reducir el impacto desfavorable de la pesca de profundidad en los ecosistemas marinos vulnerables y, para ello, el Gobierno de España ha adquirido el compromiso de identificar y proteger los ecosistemas marinos vulnerables allí dónde faena la flota española.

España dispone de una importante flota que se compone de un número de 50 arrastreros congeladores con base en puertos de Galicia, cuyo tonelaje oscila entre 500 y 1900 toneladas. Trabajan en el Atlántico Norte, en las zonas reguladas por las Comisiones de pesquerías de NAFO y NEAFC, y en las aguas internacionales del Atlántico Sur.

En el Atlántico sur faenan 19 unidades de arrastreros congeladores entre 696 y 1819 GT, con una media de 1190 toneladas. Estos buques trabajan en la conocida como plataforma patagónica en el exterior de la zona económica exclusiva argentina, en el rectángulo comprendido dentro de las posiciones: latitud 45 16´ sur y 47 sur, longitud 60 • 30´ oeste y 60 54´ oeste. Las principales especies objetivo son merluza de cola, pota, merluzas, polaca y rosada.

Tienen un seguimiento científico constante  con los medios del Instituto Español de Oceanografía que consisten en un conjunto de observadores científicos que recogen datos de composiciones de capturas, tallas, esfuerzos y datos biológicos de las especies. Esta información del IEO se dispone desde 1980 desagregada a nivel de lances.

Los buques son regulados mediante permisos temporales de pesca que   establecen entre otros requisitos la vigilancia satelital  (VMS), el cumplimiento de un  Diario de a bordo de la UE y una declaración de desembarco. Se realizan inspecciones en puerto,  para lo cual los buques están obligados a hacer un preaviso de desembarco con un plazo de 72 horas.

Estos últimos años, se han adoptado acuerdos sin precedentes para la protección del medido marino en el seno de los Organismos Internacionales. En este contexto, España apoyó con toda firmeza la   Resolución adoptada en el seno de las Naciones Unidas en diciembre de 2006, con el objetivo de evitar la sobreexplotación de los recursos o la destrucción de ecosistemas vulnerables.

Según esta Resolución, que pretende regular las actividades pesqueras en Alta Mar y por la cual, para pescar en una nueva zona o para continuar la actividad actual, será necesario realizar una evaluación previa de carácter científico, que corresponderá, según los casos, a las Organizaciones Regionales de Pesca o al Estado cuyo pabellón enarbolen. En esa línea, España ha respaldado, en el seno de las Organizaciones regionales de pesca, las recomendaciones específicas  encaminadas a proteger las zonas en las que aparecen formaciones valiosas.

En las aguas internacionales, de conformidad con la resolución de Naciones Unidas, es el Estado de Pabellón de los buques pesqueros el que ha de acometer los trabajos de evaluación científica.