Hipocresía

Después de que la tensión de la campaña electoral se rebajara tras los anuncios de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy sobre inmigración, delincuencia o ayudas familiares, porque no todos los días el PP y el PSOE pueden ofrecer proyectos estrella y polémicos, el voltaje vuelve a incrementarse al conocerse que el todavía presidente comentó, fuera de antena, a su entrevistador  que “nos conviene que haya intensión”. No se si estará bien o mal que esto suceda, aunque a mí me parece estupendo siempre que se profundice en las soluciones  y no sólo en el ensimismamiento, pero no cabe ninguna duda que cada partido mueve sus hilos con la única y sana intención de atraer a los ciudadanos a las urnas el 9 de marzo, y si es posible para que depositen la papeleta de sus siglas.

Eso lo hacen todos, incluso dramatizar. ¿O es que Rajoy se creía en su momento que España se rompe y que el PSOE es un aliado de ETA porque intenta acabar con la violencia terrorista a través del diálogo? Da mucho el cante ver como los brazos mediáticos de cada sigla se escandalizan por las palabras dichas por un candidato de las otras siglas, en privado, a un amigo sobre cómo van las  cosas y tratan de sacar punta a este desliz de Zapatero. Pero lo que es más gracioso es que el PP, rápidamente,  se ha apuntado a la tesis de que este descubrimiento es el dato clave que aclara que la crispación vivida en esta legislatura se debió a la estrategia de tensión encubierta, y ahora descubierta, de los socialistas.

Pero hay más, otro elemento importante, para algunos, en la campaña es el enfrentamiento entre un ministro y una ex ministra socialistas a cuenta de las obras de la vivienda propiedad del Estado ocupada ahora por Mariano Fernández Bermejo, quien se fue a este pisito de 200 metros cuadrados alegando razones de seguridad y ahora lo reforma porque María Antonia Trujillo no lo dejó en  muy buenas condiciones, según el Gobierno de Zapatero.

Este tipo de arreglos y el coste de los mismos han provocado que el PP trate al responsable de Justicia como si fuese un pijo necesitado de cosas caras y que el PSOE justifique estas actuaciones diciendo palabras claras pero injustificables para justificar lo hecho. Los micrófonos abiertos han jugado más de una mala pasada a más de un político y obras en despachos y viviendas públicas para altos dirigentes del Estado las han realizado todos de todos los partidos gobernantes. ¿Cómo se portaron los anteriores  pillados in fraganti? De la misma manera, haciendo gala de una hipocresía bastante llamativa.

¿Qué hubiese pasado si las palabras de Zapatero a Iñaki Gabilondo las hubiese pronunciado Rajoy? Que el PSOE hubiese reaccionado como lo ha hecho en esta ocasión el PP. ¿Y los medios amigos que habrían hecho?

Los integrantes del brazo mediático de las siglas amigas habrían estirado los “escándalos” como un chicle de menta y los habrían colocado en un lugar visible, y los defensores de las otras siglas hubiesen hecho todo lo posible por pasar del asunto denunciado,  a la espera de que otra noticia fresca y nueva lo disolviese como un azucarillo en un carajillo de orujo blanco. Así son las cosas. Juegos de hipócritas.