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Mientras Chávez esté, la paz es una utopía

lunes 17 de marzo de 2008, 07:23h
Hermoso sin dudas el concierto que el domingo 16 se escenificó en ese puente “Simón Bolívar” que une dos fronteras vivas. Miles de personas dieron la certeza a Juanes, el gran artífice de este evento único, de que nuestros pueblos no quieren la guerra, no quieren la violencia, no quieren el terrorismo, y no quieren ninguna otra cosa que no sea libertad, democracia y vida.

Paz sin Fronteras no pudo ser mejor nombre para una convocatoria a la que concurrieron cientos de miles de colombianos, de venezolanos y un grupo de lujo de grandes voces de España y América Latina que cantaron a la hermandad entre los pueblos de Colombia, Venezuela y Ecuador y a su derecho a vivir en Paz sin que la nefasta narcoguerrilla de las FARC y sus cómplices pongan en riego ese bien infinito.

Lleno de momentos de hermosa emotividad y también de fuerza, este concierto organizado por Juanes fue iniciado por otro gran cantante colombiano, Carlos Vives que pidió la libertad de los secuestrados por la banda terrorista FARC. En esa frontera expresó: ¡Soñemos que los secuestrados, policías y militares vuelvan a casa! 

Estaban muchos, faltaron también otros que nos hubiese gustado ver allí… Junto a Juanes, a Carlos Vives y Miguel Bosé, compartieron escenario, Alejandro Sanz, Juan Fernando Velasco, Ricardo Montaner y Juan Luis Guerra… Difícil no emocionarse cuando la respuesta a la guerra, a la violencia, al intervencionismo canalla, al terrorismo, es ese concierto maravilloso que llenó a Cúcuta  de emociones de vida y esperanzas

Y mientras vimos como nuestros pueblos desean vivir y progresar en paz, el mismo domingo, nos enteramos que el corderito Chávez de la última Cumbre del Grupo de Río, era un disfraz… Que el lobo tiró la piel de codero y emerge otra vez para que no quede la menor duda al respecto de que es él el jefe de los buscadores de pleito contra Colombia… y como poco logra contener su infinito gusto por la pendencia estará presente en la reunión entre Uribe y Ortega donde se tratará la delimitación de una frontera marítima entre Nicaragua y Colombia.

Y la pregunta obligada es ¿Qué tiene Chávez que buscar allí? O es que Nicaragua es un virreinato dentro del Imperio que siente como suyo y comprende también Bolivia y Ecuador… Es difícil entender por qué se le permite a este metiche, a este abusador inmiscuirse en asuntos que no le competen…

Ahora alegando una supuesta aceptación por parte del presidente Uribe para reunirse con Ortega y con él, reunión que describe como de “los tres solos en algún punto de esta patria grande, para que hablemos”, volvemos a presenciar otra inaceptable injerencia de este enfermo de protagonismo. De este obsesionado por el poder, que además se jura un reyezuelo que controla sus “Provincias”…

Tal cual sucedió hace menos de un mes, Chávez vuelve a inmiscuirse en problemas que no son nuestros… En este asunto de delimitación de fronteras marítimas entre Colombia y Nicaragua, nada tiene que hacer el militarote en esa discusión… Pero como ya lo vimos actuar en el conflicto fronterizo entre Colombia y Ecuador, aquí se mete alegando el mismo manoseado argumento: “… que la disputa entre Colombia y Nicaragua es un problema impulsado por Estados Unidos”. Argumentos que le enseñó su padre modelador el tirano Fidel Castro, y a los que ni siquiera cambia redacción… Vuelve con el mismo cuento… “Es un problema viejo en la frontera marítima entre Colombia y Nicaragua. Son problemas adicionales que los gringos (el gobierno de Estados Unidos) van a tratar de seguir alentando entre nosotros”…

Chávez no se contiene, empolvados cuentos le sirven para volver a sus andanzas…Es lo mismo que dijo cuando mandó hace dos semanas tropas a la frontera, en solidaridad con Rafael Correa y sobre todo con sus aliados de las FARC. En Chávez ya no hay nada novedoso, lo novedoso es que Uribe le permita seguir inmiscuyéndose donde nada tiene que buscar…

El concierto de Juanes representa el clamor de una Latinoamérica harta de violencia, de populistas y neotiranos entronizándose con los dineros que birlan al pueblo, pero ni mil conciertos paran a estos favoritos del diablo dispuestos a transitar por senderos de rabia, de violencia y sobre todo de terrorismo con ínfulas de políticas e ideologías… Allí tienen a Chávez otra vez, retornando a su obsesivo plan de sacar a Uribe del mapa de América.
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