Quito, ¿sin fútbol de altura?

Las naciones poderosas metieron mano en el balompié, hasta conseguir que sus autoridades veten a las ciudades ubicadas a más de 2 750 metros de altitud como sedes para partidos oficiales internacionales.

Se trata de una decisión trabajada por mucho tiempo, y manipulada por los grandes clubes, que se sabe llegaron a tener miedo a que sus jugadores compitan en las alturas de ciudades como Quito y La Paz.

La medida extrema parece discriminatoria y también podría ser percibida como antideportiva, puesto que rompe uno de los preceptos más importantes de una competencia: que la disputa sea de igual a igual; en este caso, que cada selección use su propia sede en su país; consigna que habría llevado a la FIFA a diseñar las competencias de las eliminatorias del Mundial, en las diversas confederaciones.

Potencias futbolísticas como Brasil, Paraguay y Uruguay parece se impusieron para que la FIFA, tan sensible a los poderosos, tome semejante decisión, aunque margine a Quito, La Paz y Cusco.

Los efectos de la medida son letales, no solo para las selecciones de cada uno de los tres países, sino para los equipos locales, que en competencias internacionales tendrían que dejar sus sedes. Este es el caso de la Liga de Quito que, habiendo clasificado a octavos de final de la Libertadores, tendría ahora que buscar una ciudad alterna para proseguir con su participación. Por la gravedad de la medida, la Confederación Sudamericana de Fútbol buscaba, ayer, revertir la decisión.