El gobierno y el campo siguen sin ponerse de acuerdo

El jefe de gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Carlos Fernández, se reunieron durante una hora y media con los dirigentes de la Federación Agraria Argentina (FAA), la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA), que representan a unos 290.000 agricultores.

La cita concluyó con declaraciones gubernamentales de confianza en la posibilidad de lograr resultados concretos a partir de la próxima semana, cuando se inicien las discusiones a nivel técnico.

Sin embargo, las entidades agropecuarias salieron del encuentro "defraudadas" y hasta analizaron la alternativa de atrincherarse en el Ministerio de Economía hasta que el Gobierno les diera una solución.

Los dirigentes rurales indicaron a la prensa que están "disconformes", porque el Gobierno se negó a tratar el tema de los impuestos a las exportaciones y solo accedió a discutir, a partir del lunes, las consecuencias que el esquema tributario, que no piensa derogar, trajo a los mercados de futuros.

"La reunión fue mala. El Gobierno quiere dilatar la cuestión y no hay margen para esto, hay mucha bronca. Se torna cada vez más difícil volver a negociar el lunes, salvo que nos convoquen mañana o el sábado", dijo el titular de la FAA, Eduardo Buzzi.

La cita de constituyó el reinicio del diálogo entre las partes, suspendido desde el pasado 7 de mayo, y que diferentes actores sociales, políticos y económicos del país reclamaron retomar en los últimos días ante las señales de hastío social por la dilación del conflicto.

El jefe de gabinete dijo en una rueda de prensa que fue "fructífero poder recuperar el diálogo" y abogó por "dejar de lado dos meses bastante complejos y buscar puntos de encuentro".
"Rescato las ganas de encontrar una solución de una vez por todas y salir hacia adelante. En poco tiempo tendremos resultados concretos", declaró, por su parte, el ministro de Economía.

De la reunión, que comenzó unos minutos después de las 19, tomaron parte los titulares de Federación Agraria, Eduardo Buzzi; de la Sociedad Rural Argentina, Luciano Miguens; de Confederaciones Rurales, Mario LLambías; y de CONINAGRO, Fernando Gioino. "Recuperar el diálogo (después del lock-out) fue de por si fructífero", destacó Alberto Fernández al comienzo de la conferencia de prensa.

Señaló que, al comenzar la reunión con los ruralistas "se hizo un repaso de la agenda tratada anteriormente".

A manera de balance, el jefe de Gabinete mencionó "el escaso nivel de adhesión" que tuvo de parte de los ruralistas las compensaciones dispuestas por el gobierno para ayudar a los pequeños y medianos productores.

Adujo que este bajo nivel de adhesión podría estar asociado a que el sector agropecuario "tiene escasa transparencia fiscal y laboral". Puso como ejemplo que sólo en el sector del trigo existe un faltante de 1,4 millones de toneladas "que nadie sabe dónde están".

"Permitir libremente la exportación de este cereal sería avalar un manejo irregular del mercado", sostuvo Alberto Fernández.

También destacó que en el caso de la exportación de carnes ya se han autorizado el 36 por ciento del cupo, están en trámite otro 51 por ciento, y un 13 por ciento resultó rechazado "porque los frigoríficos no garantizaban el abastecimiento del mercado interno".

El Jefe de Gabinete reiteró que "el Gobierno está convencido que estamos en una coyuntura extraordinaria, frente a una gran oportunidad" debido a la gran demanda de alimentos a nivel internacional y los buenos precios, "pero antes debemos garantizar cantidad, calidad y precio, para el mercado interno".

Las entidades rurales señalaron que las expresiones de los dos ministros a la prensa constituyen una "manipulación de la opinión pública" y  relativizaron la posibilidad de concurrir el lunes a la convocatoria del gobierno ante la "falta de soluciones" en el tema de las retenciones móviles.

Tras decretar en "estado de sesión permanente" a la Comisión de enlace Agropecuaria, las cúpulas de las entidades ratificaron la realización del acto previsto para el 25 de mayo en el Monumento a la Bandera, en Rosario.

La crisis estalló el pasado 11 de marzo, cuando el Gobierno impuso un nuevo esquema de retenciones móviles a las exportaciones de soja, girasol, trigo y maíz, que los agricultores tachan de "confiscatorio".

Alberto Fernández reiteró que los impuestos a las exportaciones de granos son necesarios para asegurar el abastecimiento de alimentos al mercado doméstico a precios razonables, frente a la fuerte demanda externa que ha encarecido las materias primas.

El nuevo esquema impositivo llevó a los agricultores a mantener una huelga durante tres semanas, que causó desabastecimiento y encarecimiento de los alimentos, tras lo cual declararon una "tregua" de un mes en la que no lograron llegar a consensos con el Gobierno.

El campo retomó las protestas, que consistieron esta vez en no comercializar granos para la exportación, y las levantaron el miércoles para facilitar un regreso a la mesa de negociaciones.

El Gobierno se mostró dispuesto a dar prioridad en las discusiones a la situación en los mercados a futuro derivada de los nuevos impuestos a las exportaciones de granos, que, según ratificó Fernández, el Ejecutivo no prevé derogar.

Pero indicó que sigue vigente el sistema de reintegros de impuestos a las exportaciones para pequeños y medianos agricultores, que el Gobierno está dispuesto a mejorar para que las compensaciones lleguen efectivamente esos productores.

Buzzi dijo que estas compensaciones "no sirven" y convocó a una gran movilización el próximo domingo "por la recuperación de un país federal y una política agropecuaria integral" en la ciudad de Rosario.
Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo de maíz, el tercero de soja y el cuarto de trigo, y ocupa también puestos de relevancia en el comercio global de derivados (aceites y harinas) de estos granos.