miércoles 28 de mayo de 2008, 19:02h
UPN dispone de una peculiar situación en relación con el Partido Popular. Tenemos autonomía de funcionamiento en las cuestiones relativas a Navarra, pero hacemos la política nacional integrados en su proyecto y en sus grupos parlamentarios. Desde esa dualidad es difícil hablar de lo que actualmente está pasando en los prolegómenos del congreso popular. De un lado, no debemos dejar de respetar lo que el PP resuelva democráticamente, igual que ellos nunca se han inmiscuido en cómo se organiza UPN. Pero de otro, si participamos en el mismo proyecto nacional debemos alentar que todo acabe lo mejor posible. Alguna cosa más podemos añadir como observadores.
Seguramente hay dos ideas principales que están moviendo las acciones de Mariano Rajoy. Una, que él ha sido capaz de hacer crecer al PP a costa de mantener su fuerza electoral agrandándola a costa de algunos miles de votantes procedentes del PSOE. No ha sido suficiente, pero es una espita que puede abrir un chorro mayor en el futuro. Y dos, que la legislatura anterior fue especialmente atípica, tanto en su inicio abrupto como en su devenir. En ambos razonamientos Rajoy tiene razón. Ahora lo que está pidiendo es que se le permita perseverar en lo hecho y crear en el PP unas condiciones nuevas –equipos, ideas, estrategias, modos- suficientes para superar al socialismo en la siguiente contienda.
Básicamente, lo que la política debe ofrecer a la sociedad son tres cosas: ideas, actitudes y compromisos. En Gran Bretaña acaba de producirse un vuelco electoral a favor de los conservadores justo en el momento en el que las encuestas han mostrado que disponían de más confianza que los laboristas para afrontar la crisis económica. El votante, obvio es decirlo, es habitualmente pragmático. El PP busca ahora tornar la grandilocuencia en pragmatismo, ajustando mejor su agenda política a lo que la gente pide que la política sepa resolver. Sabido es que Zapatero se va a encontrar una legislatura muy distinta a la anterior; se le ha acabado el “happy-happy” y ahora se va a tener que fajar en una crisis económica más grave de lo que él mismo cree. La oportunidad para el PP va a aparecer y Rajoy no la quiere desaprovechar.
Me tengo por liberal pero no me di por aludido con aquellas palabras de Rajoy en Elche. Al contrario, creo que su significado de fondo fue sepultado entre el ruido de la manipulación. Rajoy dijo que quería un partido de amplio espectro, en el que se sintieran cómodos los liberales, los conservadores, los democristianos y los socialdemócratas. Y el que quiera integrismos debiera irse, sí. Ganar es sumar.
Cuando se reinicia una etapa política hay que saber responder a tres preguntas. ¿Qué hay que seguir haciendo? ¿Qué hay que dejar de hacer? ¿Qué hay que empezar a hacer? Eso es lo que en su congreso le toca contestar al PP. Lo que hasta ahora hemos vistos son escaramuzas orquestadas para tantear el terreno ante un eventual cambio el liderazgo. El PP ganará fortaleza si sale de su congreso con una buena reformulación de su acción política. Rajoy sabe hacerlo.