En su primera comparecencia ante la comisión de Industria, Turismo y Comercio,
Sebastián consiguió acaparar un gran protagonismo, pero no ha convencido demasiado. Si acaso, con su plan para recuperar el Plan Prever para reactivar el sector turístico y el del automóvil.
Sin embargo, su cruz llegó con la tarifa de la luz. Anunció que el precio de la luz subirá en julio entre un 5% y un 6%,
aunque a esa cantidad añadida hay que sumarle el incremento que tuvo en enero: un 3%.
Y sí es cierto que anunció un cambio en la estructura de las tarifas eléctricas para proteger a los hogares con menos recursos. Se pondrá en marcha una nueva tarifa social a la que podrán acogerse los consumidores que tengan contratada una potencia inferior a 3 kilovatios (KW) en su primera residencia. Pero, claro está, esta contratación de potencia de luz no incluye para nada a la mayoría de las familias españolas. La prensa detalla que se beneficiarán de la rebaja unos 4,5 millones de hogares.
Sin embargo, a pesar de las críticas, está claro que Sebastián está haciendo esta legislatura el papel del 'poli bueno' en el Gobierno de Zapatero, mientras que a Solbes le toca el de 'poli malo', poniendo límites de gastos y saliendo casi a diario a negar una crisis económica que los ciudadanos sí detectan claramente.