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'Jefazo' El libro de Martín Sivac

"Jefazo" El libro de Martín Sivac

martes 10 de junio de 2008, 05:47h
El libro del periodista que logro la confidencia de Evo Morales

Por Alex Ayala (Semanario PULSO Edición Junio 2008)

El periodista Martín Sivak estuvo en La Paz hace poco más de una semana para presentar su último libro, Jefazo, cuya primera edición en Argentina se terminó en sólo 10 días. La razón de  su éxito es  muy simple: Ha sido el primer comunicador en tener un acceso completo al presidente Evo Morales y su entorno. Es decir, fue testigo privilegiado. En su texto, Sivak hace un recorrido por el pasado del actual mandatario, pero también refleja el día a día del Presidente en el Palacio Quemado. PULSO conversó con él sobre su obra y sobre la figura del Primer Mandatario. 

–Usted es argentino, pero una buena parte de su trabajo periodístico se ha desarrollado en nuestro país. ¿Cómo comenzó su relación con Bolivia?
Llegué a Bolivia como mochilero cuando tenía 18 años. Y como un amigo se enfermó busqué trabajó como corresponsal de diarios bolivianos en Argentina. En Presencia y El Diario no me aceptaron, pero sí en Hoy. Durante los primeros cinco meses comencé a escribir dos artículos que cambiaron mi relación con el país y mis intereses como periodista. Uno fue sobre el asesinato de Juan José Torres, que luego se transformó en un libro, y el segundo fue una entrevista con Evo Morales en Buenos Aires, en agosto de 1995.

–¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre el presidente Evo Morales?
La primera vez que pensé en escribir este libro fue durante la campaña electoral del año 2002. Yo estaba trabajando en un documental para la BBC y, junto al director del documental, seguí las últimas semanas de la campaña electoral y los días previos a la designación de presidente. Por diversas razones, la idea de un libro sobre él quedó en un limbo hasta el momento en que asumió la presidencia –en 2006–. Entonces, yo le dije que quería escribir un libro distinto, no una biografía clásica. Un libro distinto porque quería retratar su cotidianidad en el ejercicio de la presidencia. Por eso, pedí pasar tiempo con él en Palacio Quemado, asistir a encuentros con empresarios, con organizaciones sociales, a sus reuniones de gabinete, participar de giras. Así, viajé con Evo Morales a África, a Estados Unidos y a algunos países de América Latina. También hice más de 100 giras por el interior de Bolivia. Quise ser un testigo. Para el primer capítulo del libro le hice algunas preguntas, pero después me concentré en lo que fui viendo a mi alrededor.

–¿Piensa que ha habido cambios en Evo Morales tras su
llegada a la presidencia?
Evo Morales, en muchos sentidos, a aprehendido mucho, con “h” y sin “h”. En el tiempo que lo conozco no sólo se decidió a impulsar un instrumento político y a combinar la lucha sindical, la lucha en las calles, con la vía institucional. El Evo del 95 estaba centrado en un tema –la defensa de la hoja de coca– y en un territorrio: el Chapare. El Morales presidente, en contraste, tiene un proyecto de país que implica una cantidad infinita de responsabilidades que antes no había. De todas maneras, la sencillez, la escuela del sindicalismo campesino, la austeridad, las ideas, su carácter duro, su profundo antinorteamericanismo y su honestidad permanecen inalterables.

–¿Tuvo algún tipo de problema con el Presidente a la hora de realizar su trabajo? ¿Quiso ver su texto antes de publicarse?
En la elaboración del libro no hubo problemas. En una ocasión, Evo se molestó con una pregunta que le hice en un viaje a Chile –lo cuento en uno de los capítulos–, pero nada más. Durante la elaboración de la obra ni el Presidente, ni el Vicepresidente ni ningún miembro del Gobierno me preguntaron qué escribía. Tampoco me pidieron mostrarles el texto. No hubo condicionamientos. La única consulta que hizo el Presidente fue por el título del libro. Yo le dije que se iba a llamar Jefazo, y él me sugirió llamarlo Sub-jefazo. Por otro lado, me gustaría destacar que no se trata ni de un libro oficialista ni tampoco de una biografía autorizada.
 
–Usted ha acompañado a Evo en sus giras por distintos países. ¿Por qué cree que genera tanto interés en el exterior?
Evo Morales, por ser el primer presidente aymara de la historia, por ser el más votado desde la recuperación de la democracia y por la magnitud de las reformas de su gobierno, ha creado un interés muy fuerte por Bolivia. Como se puede leer en el capítulo siete de mi libro, su visita a Estados Unidos en septiembre del año pasado generó la atención de muchos medios, del New York Times, de Al Jazeera, de CNN News, etcétera. En esa ocasión, Morales atrajo más atención de la prensa que el resto de los presidentes latinoamericanos. Y eso no es excepcional. Con sorna, algunos analistas bolivianos dicen que Morales tiene más apoyo fuera de Bolivia que dentro. Mi respuesta es que la popularidad de Morales está respaldada por el 53.7 por ciento de los votos que consiguió en las últimas elecciones. Y eso para mí tiene más trascendencia que el interés de la prensa internacional.

–¿Qué tipo de anécdotas pueden encontrar uno entre las páginas de Jefazo?
Dentro de mi libro hay muchísimas anécdotas que humanizan y dan verosimilitud a la cotidianidad del Presidente. Y es que, a partir de este diario en torno a la Presidencia, es más facil entender cómo funciona Evo Morales en el ejercicio del poder.

 –¿Usted considera que, con la crisis que se vive actualmente en Bolivia, Evo Morales va a poder aguantar hasta el fin de su mandato? ¿Le parece que la polarización es responsabilidad suya?
Morales va a aguantar hasta el final de su mandato. Antes de que Evo Morales llegara a la presidencia Bolivia era ya un país polarizado y extremadamente desigual. Pensar que la polarización y la conflictividad son responsabilidad de Evo Morales es ignorar lo que ha sucedido en las ultimas décadas de la historia del país. En cada proceso de cambio, las reformas generan oposición, y en este caso es regional. Pero me parece que, en tanto se mantengan las desigualdades y las injusticias, los altos niveles de pobreza y la indigencia, va a existir un clima de conflictividad dentro de Bolivia.

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