Un líder muy particular

Mariano Rajoy se quiere independizar de José María Aznar. Suele pasar. Rajoy se ha dado cuenta de que ha perdido una legislatura lastrado por quién le eligió a dedo. Ahora, seguramente aconsejado por alguien, se ha dado cuenta que o el PP intenta situarse en el centro-derecha o de lo contrario no van a ninguna parte.

Sin duda, la elección de Dolores de Cospedal como secretaria general del PP es un guiño que Rajoy hace a sus electores y a la sociedad entera. Cospedal tiene buen cartel en filas populares pero también fuera, y sobretodo tiene "imagen" de mujer de derechas pero moderna. En cuanto a Esteban González Pons,como nuevo portavoz del PP, sin duda la elección también parece acertada puesto que el diputado valenciano tiene empaque y capacidad de comunicación, algo que le faltaba a Gabriel Elorrioga.

Javier Arenas ha sido elegido por Rajoy para encargarse de los asuntos territoriales, y la verdad sea dicha el probema de Arenas es que es un político bastante quemado.

Pero que nadie se engañe con está estrategía y piense que Rajoy era un centrista amordazado, todo lo contrario. Si Rajoy fué elegido por Aznar fué porque éste se fiaba de él, es decir de que ambos eran igualmente de derechas, tenían las mismas convicciones, compartían la misma visión de la política, y la misma posición respecto a la guerra de Iraq.

De manera que la legislatura pasada Rajoy hizo la política en la que creía, y se rodeó de otros dirigentes aznaristas en los que confíaba. O sea que nadie se crea que es que Mariano Rajoy era un "centrista" atado de pies y manos por la herencia de Aznar, sino que precisamente fue designado por estar en sintonia con el ex presidente y ser en quién más confiaba para que le administrara la herencia.

Otra cosa, ya digo, es que Rajoy, ahora, se haya dado cuenta de que el país terminó hasta el gorro de su manera de hacer oposición, y de que el PP enseñara un rostro de derecha pura y dura. sin matices.

De manera que le han aconsejado que vire hacia el centro, y es en lo que está, aunque tarde y mal. Tarde porque ha perdido cuatro años, mal porque ha puetso en pie de guerra a la mitad de su partido, por más que le vayan a confirmar como presidente del PP en el congreso que comienza el próximo fin de semana.

No obstante las espadas continuan en alto porque las ambiciones se han desatado en la familia popular y el que más y el que menos se ve como presidente de gobierno o como poco como candidato. De manera que todo indica a que el de Rajoy será un triunfo de panpara hoy y hambre para mañana. Salvo claro está, que Zapatero empiece a meter la pata y entonces le gane cualquiera, incluso Mariano Rajoy.