“La Chola” le habló a los torrijistas auténticos

Balbina Herrera entra en la recta final de su precandidatura a la presidencia de la república de Panamá, motivada por las simpatías que levanta su candidatura, auténticamente torrijista, revolucionaria y democrática.  Sus seguidores acogieron el lema de su campaña como un compromiso con el futuro del país: de corazón.

 Pero Balbina empieza a ascender por esa dura senda donde lo políticos de vocación demuestran cómo se diferencian de los otros, los electoreros.  Sus discursos plantean novedosas formas de plantearse el reto de gobernar, convocando la participación de la sociedad civil y abriendo espacios para todo político que ponga primero al país.  No habla de un programa de gobierno, como suelen hacer los políticos prometedores en el lapso previo al día de las urnas; Balbina habla del compromiso de gobernar con todos los panameños, priorizando los temas sensitivos que gravitan sobre la realidad nacional desde hace más de 4 décadas: la canasta básica, el transporte, la seguridad, la educación y la salud.

La diferencia estriba en la manera de enfocar la dura realidad por la que atraviesa una nación que tiene por delante el desarrollo social y humano como una opción real, enfatizando la necesidad de diseñar el futuro con la participación de todos los panameños.  Por eso no se apura en presentar un programa de gobierno que sería el programa del pre-candidato, y no el programa del partido, ni mucho menos el programa del país.

Durante el acto de la tarde de ayer un centro abarrotado ovacionó a la Chola, que es la única candidata de extracción popular, incluso de su partido.  Para llegar a las elecciones de mayo de 2009, más de 8 precandidatos de cuna dorada se disputan el derecho a un máximo de 3 plazas, en caso de que Ricardo Martinelli, de Cambio Democrático no acepte hacer alianzas con los otros partidos de oposición.

La recta final es de 11 semanas, cuando el Partido Revolucionario Democrático celebre sus primarias el próximo domingo 7 de septiembre.