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San Gil, en el recuerdo

San Gil, en el recuerdo

viernes 20 de junio de 2008, 20:41h
¿Fue, como decía algún titular de periódico digital, María San Gil la verdadera protagonista de la jornada de apertura del congreso? Me parece que no. Ni ella, ni Jaime Mayor, ni los ‘disidentes’ varios, ni los líderes mediáticos que quisieron tumbar a Rajoy –sus tesis, las de los líderes mediáticos, se baten en franca retirada--. Ni siquiera Aznar, con su frío saludo –para que se notase—a Rajoy cuando entraba, con ruido de trompetas con sordina, en el salón de plenos donde se celebra el congreso, un inmenso y algo desangelado local en la Feria valenciana. Ni tampoco Acebes, elegante en su despedida, algo emocionada: hasta vino a saludar --¿o a decir adios?—a los chicos de la prensa, que en número de casi dos mil pululan por pasillos, atrios, cafés y lugares de trabajo del recinto ferial.

No: el protagonista era Rajoy, aunque se hizo ver poco –solo al comienzo—y mantuvo contactos reservados y discretos con ciertos periodistas –no, los más hostiles no estaban en esta primera jornada--. Y Soraya, que apareció de azul y blanco, inmaculada. Y, claro, María Dolores de Cospedal, que no parecía siquiera enfadada por el hecho de que el diario de mayor tirada del país titulase que Rajoy había elegido como secretaria general a una “enemiga” de la Iglesia católica, titular bien extraño, por cierto, y muy comentado por los tres mil compromisarios que andan transitando por la Feria. Claro que la portada de otro gran diario nacional también tenía su miga: sugería que quien va a mandar será Javier Arenas, de quien han sido colaboradoras cercanas –el diario insistía—la secretaria general y la vicesecretaria Ana Mato. Verdaderamente mundial. Y sí, algo de machismo se advierfte en ciertas concepciones políticas: no nos damos cuenta, quizá, de que ahora tales concepciones están cambiando, y mucho.

Porque, por ejemplo, no contaban esos diarios que Arenas quiso ser el secretario general, y que llegó a poner sobre la mesa sus cuatrocientos compromisarios. Pero se hizo lo que Rajoy quiso. Así como suena.

El congreso, formalmente, está bastante bien organizado. Supongo que el mérito hay que dárselo a los murcianos de Valcárcel y a los valencianos de Camps. De él va a salir poco útil desde el punto de vista ideológico, pero las fichas que ha movido Rajoy para acercarse a la idea de un partido más de centro que hasta ahora son prácticas, más que teóricas: los nombramientos, las escasas concesiones a las exigencias más radicales de la derechona…

Y, volviendo a la cuestión de los protagonismos, ¿dónde estaba San Gil? ¿Dónde Eduardo Zaplana? No estaban entre otros perdedores que pululaban mendigando un gesto amistoso del ‘jefe’, purgando su desafección, como Gabriel Elorriaga, por ejemplo, que declaraba a los periodistas que aún no sabe si va a votar a Rajoy o no. María San Gil ha perdido una enorme oportunidad de hacer valer sus tesis, que, de todas maneras, me parece que siguen siendo, básicamente, las de su partido.

Ya digo: este congreso es el de Rajoy. El lunes estará fortalecido en su despacho. Después, ya veremos.
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