Llevar las noticias a las bases y traer a la mesa de diseño del sistema Transmovil sus aspiraciones, las que seran escuchadas por los funcionarios
El gobierno ha abierto un importante espacio de diálogo y participación, invitando a los transportistas a organizarse para ser parte de la modernización del transporte público, a través de la creación del sistema conocido como Transmóvil.
Los transportistas habían pedido al presidente una audiencia para conocer en qué lugar quedarían ellos cuando llegaran a Panamá los primeros 400 buses del nuevo sistema, si no deseaban vender sus viejos 'diablos rojos' ni ser indemnizados. Pero el presidente no había querido atender las demandas de participación de ser parte del nuevo sistema, que exigían los transportistas. Una primera huelga de 24 horas, seguida de otra de 48 en menos de una semana fue suficiente para alertar sobre un potencial largo y perjudicial enfrentamiento.
El presidente ha puesto una tarea difícil a los transportistas, segmentados en varias asociaciones, sindicatos, cooperativas y piqueras: ponerse de acuerdo. Deberán –además- escoger a sus representantes para ser parte de la comisión que analizará cómo se van a integrar al proyecto Transmóvil. Ya los transportistas habían escogido voceros para llevar las noticias a las bases, quienes formarán además parte de la estructura del organismo que los representará en las discusiones sobre el nuevo sistema.
El facilitador entre los funcionarios que diseñan el Transmóvil y los transportistas será la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT), con quienes sostendrán una primera reunión esta semana.
Al conocer los resultados de la presión de los gremios transportistas, varias piqueras del interior que habían anunciado paros decidieron suspenderlos y sumarse a la nueva organización que nace para permitir a los dueños de los 'diablos rojos' y otros propietarios sumarse al proyecto Transmóvil.
El presidente Torrijos ha ganado un importante lapso para que el primer paso de la modernización no sea con tropiezos, mientras que la responsabilidad de ser parte del nuevo sistema recae en la capacidad de los gremios transportistas de organizarse y ser responsables, frente al futuro común que comparten con los usuarios, víctimas directas del deterioro del viejo sistema.
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