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Los bomberos aprenden a realizar rescates en edificios derrumbados

viernes 27 de junio de 2008, 13:36h
La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un programa de formación para especializar a los bomberos en el rescate de víctimas ante zonas o edificios derrumbados, con el fin de mejorar su eficacia y consolidar su preparación ante catástrofes y emergencias de gran magnitud.
De esta manera, un total de 780 bomberos de la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior, se formarán este año en el curso sobre “Técnicas de intervención en edificios colapsados”, una iniciativa financiada a través del Instituto Madrileño de Administración Pública (IMAP) con 159.844 euros.

La formación en esta materia tiene carácter de reciclaje obligatorio para todos los bomberos operativos de la Comunidad de Madrid, con el fin de poner a punto sus conocimientos y experiencias en materia de asistencia en emergencia por derrumbes y de incorporar a su bagaje profesional las nuevas técnicas y tecnologías utilizada en este tipo de siniestros.

1'5 millones en inversión
El consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Francisco Granados, siguió este viernes, acompañado por la directora general de Protección Civil, Pilar Gallego, una de las prácticas que realizan los bomberos en este curso, que se llevan a cabo en la Escuela Nacional de Protección Civil que cuenta con un campo de prácticas de salvamento y desescombro.

 Granados destacó que la Comunidad de Madrid invierte anualmente, alrededor de 1,5 millones de euros en unos 40 cursos de formación, en diversas materias, para profesionales del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, así como para la formación de personal contratado para garantizar que los bomberos que tienen que actuar siempre en situaciones de emergencia cuenten con la mejor formación posible y puedan prestar el mejor servicio a ciudadanos madrileños.

Además de estos cursos se mantiene una estrecha colaboración con otras entidades u organismos similares para que los profesionales de las emergencias compartan experiencias.

Un cuadro de 25 bomberos de la Comunidad de Madrid, experimentados y con formación cualificada para este tipo de trabajos, son los que imparten el curso a sus propios compañeros bajo la dirección y supervisión del Servicio de Formación del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid.

780 alumnos entre mayo y noviembre
Desde el pasado mayo, y hasta el próximo noviembre, se realizarán 26 ediciones del curso bajo idéntico programa. En cada edición participan un total de 30 alumnos, y se divide en cuatro jornadas pedagógicas: la primera esta dedicada sólo a la parte teórica, en la que se repasan fundamentos de construcción, apeos y apuntalamientos en emergencia y diversos tipos de maniobras de fuerza.

Las jornadas segunda y tercera se dedica a la puesta en práctica de diversos ejercicios y el manejo de las herramientas específicas para trabajar en edificios derrumbados, como son los sistemas de poleas y polipastos, trípodes, técnicas con rodillos, entibaciones y medidas de seguridad.

En la cuarta y última jornada de cada curso los alumnos se someten a la resolución de un supuesto edificio colapsado, en el que se han colocado posibles víctimas en distintos lugares y deben proceder a su localización, primero, y a su rescate y atención posteriormente. En total, cada edición del curso está contemplada para 26 horas activas de trabajo.

Las intervenciones en edificios derrumbados en los que han podido quedar atrapadas personas no son de las más habituales en el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, pero sí de las que mayor grado de especialización necesitan.

Última operación

La última operación de envergadura de este tipo llevada a cabo por el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid fue el 13 de julio de 2006 cuando un edificio en construcción se derrumbó y dejó enterrados a dos trabajadores. En aquella ocasión fue necesaria la localización de las víctimas para, posteriormente, abrirse paso, a través de la habilitación de galerías entre los escombros, hasta llegar a las mismas, haciendo entibaciones para asegurar que no fueran posibles nuevos derrumbes que hubieran dejado atrapados también a los bomberos.

El pasado año, el 7 de noviembre, se vino abajo un edificio en Coslada, aunque en este caso sin víctimas. La labor de los bomberos se centró en la seguridad de los restos del edificio siniestrado para evitar daños.
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