Gobierno y Generalitat 'discuten' por las balanzas fiscales

Las balanzas fiscales, grosso modo sirven para fijar lo que pagan los ciudadanos de un territorio a las administraciones públicas y lo que reciben a cambio. Antes que el ministerio que comanda Pedro Solbes accediese a dar sus datos, en Cataluña el gobierno de la Generalitat había puesto a trabajar un equipo de expertos que dieron resultados parecidos a los hechos públicos el martes pasado. La diferencia es poco importante, si en el caso de la administración central se indica que el déficit para el sistema de flujo monetario es del 8,7% del PIB catalán es un punto más en el caso del estudio de la Generalitat. Si se toma el segundo gran método de cálculo, el del flujo de beneficios, el estudio de Economía sitúa el déficit catalán en el 6,38% y también un punto más en el caso del estudio catalán.

Los porcentajes no dicen nada si no se ponen en su contexto. La sanidad catalana, tiene un coste equivalente cuatro puntos del PIB de esta autonomía, o lo que es lo mismo, con el importe del déficit fiscal se podría doblar cada año el gasto actual de sanidad en Cataluña, aseguran en la  Generalitat.

 Pero, más importante que los porcentajes es la lectura que unos y otros hacen de las cifras. Así, mientras el secretario de Estado de Economía, Carlos Ocaña, afirmaba que las balanzas fiscales no tienen nada que ver con la negociación de la financiación autonómica, en Cataluña, el representante de CiU, Josep Sánchez Llibre, usaba palabras gruesas, como expolio para definir el resultado de las balanzas, y ha instado a rectificar la situación en la negociación del dinero de las autonomías. Con palabras menos duras pero con el mismo fondo, el secretario general de  ERC, Joan Ridao ha vinculado directamente el resultado de las balanzas con la negociación en ciernes.

En nombre de la Generalitat, el consejero de Innovación, el republicano, Josep Huguet, afirmaba que las balanzas muestran que la financiación no es buena. Días antes, cuando se hicieron públicos los datos de las balanzas elaboradas por los expertos de la Generalitat, el consejero socialista de economía, Antoni Castells, afirmó que el estudio tenía como principal objetivo desmentir a aquellos que aseguran que Cataluña es insolidaria.

Sirvan para negociar la nueva financiación autonómica o no, lo cierto es que el estudio publicado ha tenido como primer efecto lo que podría ser la creación de frentes de autonomías agrupadas en función de su posición sobre el reparto de los fondos públicos.

Por un lado está la Generalitat catalana que no oculta su deseo de formar un frente para presionar por un cambio en las fórmulas de reparto de los fondos públicos. Junto a este gobierno estarían el Valenciano y el Balear, que forman con la Comunidad de Madrid el conjunto de autonomías que más pagan y que menos reciben a cambio.

Por su parte, Asturias, Castilla y León, Galícia y Extremadura estarían formando una segunda agrupación que buscaría que en los requisitos para la nueva financiación no se premie especialmente la población si no que se tengan en cuenta otros parámetros como, por ejemplo, la dispersión territorial de la población.

Aparte queda el PP que fijará su posición el 29 de julio en una reunión que presidirá Rajoy en San Millán de la Cogolla. El líder conservador quiere evitar que las autonomías de su partido tengan posiciones divergentes en esta negociación trascendental.