Morales denuncia sabotaje de parte de petroleras en conflicto de Camiri

“Yo le di una instrucción al ministro de Hidrocarburos (Carlos Villegas); tiene que darse un ultimátum. Estamos investigando seriamente y si se demuestra que hay un sabotaje, no tengo ningún miedo, no me va a temblar la mano para expulsar a la transnacional que sabotea y conspira contra el gobierno, contra la economía nacional”, declaró.

De acuerdo con los informes que recibió el Primer Mandatario, los operadores de Transredes habrían cerrado válvulas a las 16.30 del viernes, dos horas antes de que los pobladores de Camiri tomaran la extrema medida de tomar planta de bombeo y almacenaje de Choreti. La gente llegó al lugar recién a las 18.15.

El presidente Morales observó como los encargados de seguridad no tomaron los recaudos necesarios para evitar la toma física de la planta, aspecto que también está siendo investigando por las Fuerzas Armadas, dijo.

El Presidente relató cómo, una vez retomado el control de la planta de Choreti, a las 04.00 de la madrugada del sábado, se pidió a Transredes que restableciera el servicio, pero que la empresa puso una serie de pretextos para no hacerlo.

“Recuperamos la plata a la 04:30 de la mañana. Se dio seguridad a la empresa, pero los técnicos de Transredes no reactivan la planta. A las 6, 7 de la mañana dicen que todavía se siente olor a gas, eso puede causar explosión”.

“A las 8, 9 otra vez llamamos, para que repongan la planta porque Bolivia no podía seguir perdiendo, y nos dicen que otros puntos de bombeo no están siendo controlados”.

“Llamamos al alto mando militar y todo estaba controlado. Imagínense el sabotaje, a las 11, 12 qué pretexto nos ponen, 'si empieza a funcionar va a causar ruido y al escuchar ruido otra vez Camiri van a tomar', esa es una forma de hacerse la burla.”, reveló el Jefe de Estado.

Afirmó que la actuación del Gobierno en el caso Camiri estuvo en el marco legal, porque permitió dar seguridad a la propiedad privada e internacional. Las Fuerzas Armadas fueron utilizadas para controlar la planta y defender los intereses del país que estaban siendo afectados por el cierre de válvulas, señaló.

Lamentó los hechos de violencia y los heridos que provocó la acción, pero Bolivia estaba perdiendo más de 30 mil dólares por hora que no se bombeaba combustible. “Eso es el Bono Juancito Pinto, son proyectos para inversión del país, es salud y educación. El Estado no puede perder”.

Morales reveló también que “alguna gente ha visto cómo al transnacional financia esta clase de paros, a los soldados que dan seguridad, garantía, ni un vaso de refresco, pero para que haya conflicto, íclaro!, ese es el caso de Camiri”.

Al respecto el senador del Movimiento al Socialismo (MAS), Antonio Peredo, recuerda en un análisis de lo ocurrido en Camiri que “Transredes fue especialmente contraria a la firma de un nuevo contrato con el Estado Boliviano”.

El senador agrega que Transredes “es controlada mayoritariamente por la conocida transnacional Shell, otra importante accionista es PRISMA que sustituyó a la quebrada ENRON en el manejo de la transportadora y se completa con capitales brasileños no vinculados a la estatal petrolera de ese país. De hecho, representa tanto a los grandes capitales petroleros europeos y los más escandalosos especuladores de Estados Unidos”.

El sábado 3 de febrero, luego de que la planta fue controlada por la fuerza pública, Transredes informó que tras el cierre de válvulas, (durante 15 horas) puso en marcha un plan de emergencia “para reducir el impacto y tratar que las cosas sean lo más normal para los usuarios”.

El vicepresidente de Relaciones Exteriores de esa empresa Oscar Serrate dijo a los medios de Santa Cruz que “el prejuicio fue de tipo moral, al estar de 'sandwich' en una situación ajena a la empresa”.