Bodas

La noticia sensible-social más divulgada y publicitada en los últimos días es la boda del casi cincuentón alcalde de Madrid José Luis Martínez-Almeida Navasqüés y la aristócrata veinteañera Teresa Urquijo Moreno de Borbón. Los datos que dispongo son algo confusos respecto a la exactitud de los apellidos de novia y novio. En realidad, ¿que más nos da?

Contados días antes de la boda, la parejita de pájaro y pajarita, los pasaron en la Semana Santa de Málaga.

A la boda, en Madrid, la tratan de acontecimiento mediático poco menos que histórico. Hay 400 o más ilustres invitados. Ilustres de la talla de miembros de la realeza y de elites empresariales, políticas y financieras más-menos elegidos y uniformados o casi, en lo que a ideología se refiere.

No sé si habrá algún cabreo entre los que creían ir y no han ido al evento, o si todos los invitados estaban felices y contentos… incluidos Juan Carlos I de España y su esposa Sofía de Grecia.

El caso y la cosa, es que en la celebración de la fiesta-banquete y en medio de la alegría reinante, José Luis y Teresa se bailaron un chotis mucho más patoso que garboso.

Tampoco sé las bodas de novios con novios, de novias con novias, o de novios con novias más-menos anónimas que se celebraron ese-esos días, ¿qué más nos da-quita?... pero el foco, la atención, la distinción, la maravilla y lo hermoso de la boda de Pepito y Teresita apagaron a todas las demás. Eso sí, la ilusión de los anónimos recién casados, sin duda, igualan la ilusión del actual alcalde de Madrid con la parienta de los Borbón.

Dicen que el viaje de boda tiene dos destinos en la grandiosa y poderosa Asia. Uno en las minúsculas, turísticas y republicanas Islas Maldivas y otro en Bhutan, reino budista con una extensión y población equivalente a Extremadura y ubicado en la cordillera del Himalaya lindante con India y China. Ojo, a Bhutan, no sé por qué y por quien lo consideran el país con más porcentaje de felicidad de todo el Planeta Tierra. ¿España?

A ver si con un poco de suerte, viene la cigüeña con un retoño de Pepe y Teresa allá por los Reyes Magos del próximo año…y además, traen buenas y rentable inversiones y contactos para Madrid y España. Al loro… porque a la boda asistió el gafe de los gafes.

Sobre la marcha, me viene a la memoria aquel chiste relacionado con las serpientes “boas” y las “bodas”.

Dice así:

Van dos simpáticos gaditanos a una excursión por Marruecos. Se despistan del grupo y se pierden en el desierto. A los cuatro días-noches casi muertos de hambre, sed y vista gatean para coronar una duna. De pronto Curro, el que va delante, dice con voz casi encendida,”Rafaé”, ahí en lo alto hay una “boa”, y “Rafae”, contesta con la voz casi apagada… ¡vivan los novios!

Sí, la boda de José Luis y Teresa parece una boda de oro aunque sea de hace un rato.

De lo que se trata en los espacios-medios banales-frívolos de cotilleo-“información” es que dediquen más conocimientos, contrastes, entendimientos, soluciones, seriedad, solemnidad y tiempo a esos antagónicos-aparentes enlaces-desenlaces que hay entre gobernados y gobernados, entre empleadores y empleados, a los necesarios enlaces que puede-debe haber entre la lógica-razón y la sostenibilidad sobria del presente-futuro, a los enlaces entre lo rural y lo urbano, etc., etc., etc.

De lo que se trata es de lograr más armonía, bienestar, equilibrio y emoción para los seres humanos en vez explicar-exponer mandangas, menudencias, sambenitos y sumisión al por mayor y al por menor para lo mismo y para los mismos… sin aportar nada sustancial y útil para el conjunto de la sociedad.

De eso, trascendente para el vivir y para el convivir-porvenir genérico también se trata. Lo demás, con o sin bodas-modas, es perder y hacer perder el tiempo a base de argumentaciones modorras tan efímeras como infantiloides y sin modales-modelos ejemplares a seguir y conseguir.

¿O no?