El BCE, no dependiente de la Fed

El BCE mantuvo ayer, tal y como se esperaba, los tipos de interés sin cambios, siendo la quita reunión consecutiva en la que deja el tipo de refinanciación en el 4,5% que fijó en el mes de septiembre. El BCE desde hace tiempo ha señalado que se vislumbra recortes de tipos, y que espera a tener indicadores salariales que acompañen a la mejora de la inflación antes de comenzar a realizar un primer ajuste. El BCE en su comunicado dijo que “si las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria aumentaran aún más su confianza en que la inflación está convergiendo al objetivo de manera sostenida, sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria".

La presidenta del BCE en la rueda de prensa además señaló que “sólo unos pocos miembros creían que ya era hora de flexibilizar la política monetaria, pero se habían unido al consenso de esperar a tener más información y a las nuevas proyecciones de inflación y crecimiento de junio”. La presidenta además desvinculó la decisión de lo que pueda hacer la Reserva Federal norteamericana, y destacó que las condiciones en la zona euro y en Estados Unidos eran diferentes y que ni las dos inflaciones, ni la política fiscal y el consumo, ni tampoco las dos economías son iguales. Lagarde enfatizó que "no se estaba comprometiendo previamente a una trayectoria de tipos particular", con lo que se ha dejado cierto margen de maniobra para, si fuese necesario, mantener los tipos en junio. Después de la reunión, los mercados estimaron alrededor de un 70% de posibilidades de un recorte de 25 pb en junio.