Deudas

Las elites en general, y las elites económicas-políticas en particular, dicen poco y confuso en lo referente a la deuda pública, a la deuda mixta y a la deuda privada.

Nombrar-nombrarles la deuda, es como recordar “a la bicha”.

“La bicha” se asocia especialmente a personas gafes, a las malas suertes, a las serpientes o a los demonios. Ojo, son personas de creencias extrañas a la fe religiosa y contrarias a la razón. Son personas que a veces se excusan, justifican o bloquean con las vaguedades que conlleva toda superstición.

Y quien dice “nombrar deuda”, dice “nombrar déficit” y “nombrar despilfarro”…con bicha o sin bicha. En efecto, ese trio de deudas-hipotecas en varios formatos… forman-conforman el tinglado completo en el que estamos embaucados-embelesados-envenenados.

El caso y la cosa, es que los políticos, sobre todo los bipartidistas, cuando están en el gobierno pregonan que todo va bien y sobre ruedas, y cuando están en la oposición todo o casi todo va a trancas y barrancas o echan el freno y ponen travesaños a las mismas o muy parecidas ruedas y caminos. Unos y otros, “bipartidistas centristas-extremistas”, “trabajan” para gloria, abismo, deuda, déficit, despilfarro y continuidad del maligno y decadente sistema capitalista salvaje.

No sé, si verdaderamente, en esta “democracia occidental ultra capitalista” gobierno y oposición es todo o casi todo una farsa… porque solo discrepan en cosas secundarias y no tienen ninguna duda-sospecha sobre las “bondades” de la oferta-demanda y del mercado-mercaderes que tantos fraudes-frustrados-frustraciones sin límites ejecuta, potencia y produce.

Los bipartidistas, estos bipartidistas que sufrimos, pierden y hacen perder demasiados tiempos en casos y cosas secundarias y no dan la cara y el pecho por casos y cosas mucho más genéricas y necesarias. ¿Son ricos-pobres y miserables?

Sí, la riqueza pública de España y de otros países acaudalados está basada en un endeudamiento hasta las cejas… que también ciega los ojos. Lo mismo pasa con la riqueza mixta y la riqueza privada… cuelgan de un hilo-hilos manejado por pecadores-pendejos-prepotentes de difícil o imposible credibilidad, sostenibilidad, solución.

Todos, o casi todos los portavoces elitistas del impresentable tinglado tienen cargos, tienen encargos, o tienen salidas “profesionales” que desde el punto de vista material, viven o parece que viven bien y seguros. Es decir, son portavoces de intereses que ni de lejos representan a más de la mitad de la población local, nacional ni global.

Y sus medios de información-equivocación dan poca o ninguna cobertura-visibilidad a militantes bipartidistas discrepantes de sus “líderes”; a los militantes de otras opciones políticas; a personas no militantes pero que tienen sentido y sentimiento común para exportar; ni a los abstencionistas que son el grupo mayoritario en todos o casi todos los censos electorales con y sin fronteras.

¡A cuanta estafa de estafas intentan-pretenden, ¿consiguen?, acostumbrarnos!

¿El sistema es de naturaleza corrupta o las elites lo corrompen hasta el tuétano?

Como dijo, y dio a entender, D. Miguel de Unamuno, y cualquier número uno universal y decente: “venceréis hoy y mañana… pero no convenceréis jamás”. ¡Ese “vencer” es un rotundo fracaso a largo-medio plazo!

Es obvio que a las deudas económicas públicas, mixtas y privadas contantes y sonantes del sistema ultra capitalista hay que añadirle la deuda moral y ética que tiene con las personas más inocentes, vulnerables, bondadosas, cultas, educadas y sanas de este modelo de sociedad-suciedad que dictan las elites.

Es obvio que el sistema tiene un gravísimo déficit talentoso y tiene un despilfarro tan peligroso como horroroso.

Sobre el déficit y el despilfarro versará la crónica de la próxima semana: DEUDAS (II).