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Mascaradas

lunes 18 de marzo de 2024, 10:19h

A juzgar por la infinidad de confusiones, contaminaciones, contradicciones, corrupciones, escándalos, conflictos, mentiras o ruidos que aparecen un día, otro día y todos o casi todos los días… estamos rodeados de impresentables máscaras y de indecentes mascaradas. Y de moscones y cabrones también.

Máscara, entre otros significados, es: “bufonada, antifaz con la que las personas pueden cubrirse la cara para no ser reconocidas”. Máscara es disfraz…disfraz, es: “simulación para dar a entender cosa distinta a la que se siente”… “cosa impropia del lugar en que se está, o de la persona que lo usa para desfigurar una cosa con el fin de que no sea conocida”.

Mascarada, es: “comparsa de máscaras”… “enredo, trampa para engañar”.

Moscón: “hombre pesado y molesto”. Moscona: “mujer desvergonzada”.

Cabrón, entre otros significados, es: “el que aguanta cobardemente los agravios o impertinencias de que es objeto”, “es el que hace cabronadas o malas pasadas a otro”.

Ocurre, que las personas que estamos “abajo”, desconocemos las trampas-tramas-tretas de los que están “arriba”. Y los que están arriba, conocen casi todo de los que están abajo… menos las cosas más importantes, como pueden ser las carencias y conocimientos más necesarios-genéricos para vivir con cierta alegría-dignidad-tranquilidad. Las elites suelen dar a “sus pueblos” juegos de pelotas, cotilleos sin ton ni son, o basura a mogollón por… ¡CULTURA!

Eso sí, hay elitistas, que dicen mantener los amigos de siempre…será para “disimular-humanizar-justificar” sus “triunfos”. Sin embargo, la tomadura de pelo es manifiesta cuando proclaman que todo lo hacen “por la familia y amigos”… ¿a los demás que les den por el eco de Mariano? Y si añaden, “que por la patria”, hay que temblar-templar.

Me indigna la intención-ostentación de tanto hipócrita-imprudente-ególatra. Es verdad que a veces los de “arriba” no se enteran de lo que también hacen muy mal sus asesores-colaboradores de “máxima” confianza… y los de “abajo”, solo nos enteramos, a medias, a través de explicaciones más-menos abstractas-tergiversadas. Es otro timo. Lo más penoso es que haya loros y cotorras que se dedican a exponer quien fue el primero en corromperse o a defender a unos o a otros… y no tienen coraje para descalificar por y para siempre a ambos.

El caso y la cosa es que la llegada del o de la maldita COVID y sus consecuencias, hace justo cuatro años, nos pilló con la cara-culo al descubierto y hubo que recurrir a proveedores lejanos para comprar mascarillas protectoras de un día para otro. Los presidentes González y Aznar, protagonistas del “milagro económico-democrático español”, en su afán de conseguir “para su patria” el ultra capitalismo global-privado-privatizador… no dejaron, ni crearon un solo chiringuito público para elaborar asistencias-soluciones a emergencias de posibles “bichos” naturales, o de laboratorios malignos que nos enferman o pueden mandar antes de tiempo a los cielos-limbos-infiernos.

También de la noche a la mañana, hubo que improvisar importaciones, negociaciones y mercaderes que en esos menesteres-urgencias se prestaban más a la oscuridad que a la claridad. Y surgieron intermediarios-comisionistas que se lo llevaron asquerosamente crudo, y hubo empresas inactivas, o nuevas que pasaron de la nada a facturar millones de euros. Parece que en ese desaguisado-tinglado de abastecimientos hubo amigos-parientes-cómplices de las elites políticas, sobre todo de políticos bipartidistas, que por unas maniobras-llamadas calculadas-limitadas se llevaron más euros de los que se llevan los curritos normales en años o vidas de trabajo diario y honrado. Hubo sospechas de mafias golfísimas en su día y otras sospechas que se dan a conocer cuatro años después. ¿La corrupción es ilimitada?

Las máscaras, mascaradas y cabronadas sobre esos hechos son o parecen de juzgado de guardia, de robo-delito máximo al patrimonio público y de máximo castigo-prisión.

Conclusiones:

  1. Da la impresión que las elites en general y las elites políticas en particular llevan la máscara que les conviene para sus partidistas-personales intereses en todos y cada uno de los sitios que “actúan”. Son como los cínicos-gilipollas que se visten de pobres a precio de ricos… o al revés. Las elites suelen ser más falsas que las sonrisas de los vampiros.
  2. Da la impresión que las mascaradas de esos calibres-grupos nauseabundos existen, son inmunes y están al alcance de cabrones y moscones sin parangón. Las verdaderas patrias y pueblos se la traen floja… para eso están los paraísos-infiernos fiscales con y sin fronteras.

Dice el refrán: “el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón”. No sé si el refrán es certero… “porque entre ladrones anda el juego”.

Digo yo: “el que roba al patrimonio común es el mayor y peor cabrón-ladrón habido y por haber”.

Y los pueblos cabales han de aislarlos-condenarlos-sancionarlos “como se merecen”.

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