Acuérpense

Elles, hijes, Matria, miembras, portavozas… puede que no las conozcan, principalmente porque son palabras que no existen, pero que no pueden faltar en el vocabulario de una buena feminista morada junto, por supuesto, la dictadura patriarcal, machirulo, sororidad, hermana, alguna ordinariez y tetas, muchas tetas. Este 8M han sumado otro vocablo: “acuerpadas”, que será arropadas o juntas o abrazadas, no sé bien pero por ahí deben ir los tiros. La de horas y la de risas que gastarán en el Ministerio de Igualdad inventando palabras, como cuando éramos niños. Les confieso que mi hermano y yo de pequeños teníamos nuestro propio idioma y cuando hablábamos así, evidentemente, sólo nos entendían en casa, pero era muy divertido… Me voy a postular como “asesora de palabras inventadas” en el Ministerio, total, entre tanto asesor uno más y un sueldo más tampoco se iban a notar mucho y mi experiencia en palabros viene de lejos y se puede acreditar.

No tenía bastante la Real Academia Española con el berenjenal de la tilde del sólo (yo soy tildista) para que ahora se le acumulen las palabras. Nuestro género neutro, nuestro lenguaje tan rico con esas 93.000 palabras que tenemos en el diccionario… pues no parecen ser suficientes. El lenguaje es algo vivo y ellas, que son listas, lo saben. Pasarán a la historia por sus dotes académicas en la aportación al lenguaje y por abrir los ojos a las mujeres para que no suframos la regla en silencio ni estemos estigmatizadas por ella, incluso por explicarnos que podemos mantener relaciones en esos días; por descubrirnos el placer y el auto placer más allá de la penetración ¡vivíamos en la vergüenza y en el ostracismo hasta llegar ellas y darnos luz! ¡Pura fantasía!

Que luego hacen una ley que excarcela y beneficia a delincuentes sexuales o que hacen una campaña robando imágenes y plagiando o que suben vídeos a sus redes incitando al odio o que animan a mujeres a no entregar a sus hijos y, por tanto, a incurrir en un delito o que la soberbia les impide rectificar… pues tampoco es para tanto, que no es cuestión de ponerse exquisitos.