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O Sánchez o nada

Por Gabriel Elorriaga F.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
viernes 04 de agosto de 2023, 11:45h

Los resultados electorales han desatado las ilusiones de cómo alcanzar fórmulas de Gobierno que eviten el riesgo de trocear la soberanía de España. Hay dos partidos de Gobierno -que no quiere decir de buen Gobierno sino que son los únicos que han gobernado la España constitucional y mantienen un número de escaños razonable para intentarlo de nuevo- que son el PP con 137 y el PSOE con 131 que suman 258 de los 350 que constituyen el Congreso, quedando 92 para repartir entre toda la patulea restante. Estas proporciones crecen si tenemos en cuenta que cada uno de estos dos partidos mayores tiene a su disposición un complementario menor por mucho que quiera diferenciarlo.

El PSOE tiene a “Sumar” encabezado por la vicepresidenta del propio Gobierno de Sánchez, cuya singularidad es intercalar comunistas en un Gobierno de la Unión Europea, caso único en nuestros días. El PP tiene a VOX, que es una disidencia del mismo demonizada por la izquierda con la ayuda de algunas extravagancias verbales de su propia cantera. Así como “Sumar” está avalada por formar parte del Gobierno sanchista, VOX viene avalada por su participación en municipios y gobiernos regionales donde y cuando ha sido necesario completar. Contando con estos son 322 escaños para los partidos de Gobierno y sus complementos quedan 28 para la patulea residual, incluidos los hiperbólicamente llamados “nacionalismos” divididos en distintos equipos enfrentados entre sí por pleitos regionales.

Ante esta realidad aritmética ¿Qué mejor que una gran coalición de Estado como aquella que llamaban los alemanes “Grosse koalition”? Aquella fórmula seguida en Europa por Austria, Italia, Irlanda, Bélgica y Finlandia y no sé si olvido alguna otra. Pues bien, esa natural coalición para constituir un Gobierno estable y desautorizar las tendencias disgregadoras es una fantasía inalcanzable en España por una razón insuperable. ¿Cuál es esta razón? Que las elecciones las ganó el PP con una diferencia tan clara sobre el PSOE que la coalición debería estar presidida por Alberto Núñez Feijóo y no por Pedro Sánchez. Probablemente si el resultado hubiese sido inverso, el PP hubiese sido sensible al interés nacional y la seguridad del Estado. Pero la más elemental psicología explica que, con sacrificio, de Sánchez no puede ser y, además, como dice el paisano “le es imposible”. Sánchez jugará sus cartas con las máximas concesiones a los enemigos del Estado que prometió defender, cumpliendo con su manual de “resiliencia”.

Por ello flota la agobiante perspectiva de unas elecciones en Navidad antes que una “Grosse koalition” a la española. Sánchez prolonga su poder medio año más y podría aspirar a ganar con su manual de resistencia si la derecha se sigue equivocando en su lucha contra el dragón de siete cabezas. No habrá ningún pacto transversal de Estado mientras Sánchez espere desde Marruecos ser el eje de un bloque de ruptura disfrazado como frente de progreso. La carta de Feijóo al “Estimado Pedro” es como aquella del poeta: “Esta carta feliz, pues va a buscaros -cuenta os dará de la memoria mía-“ Fue contestada a vuelta de correo con la expresiva displicencia del tratamiento del usted en respuesta al insinuante tuteo. La investidura presidencial no la planteará el partido ganador sino la mayoría de votos parlamentarios, tal y como también lo aplica el PP en diversos Gobiernos autonómicos o locales. Portazo y tentetieso. Hay que esperar a la constitución del Congreso para comprobar si el bloque de ruptura está funcionando o se atasca. La tarta de la “Grosse koalition” puede esperar en el escaparate de una chocolatería de Bruselas mientras la guinda no sea Sánchez.

Sánchez tiene prisa en adelantarse a cualquier intento de Feijóo que discuta públicamente su autosucesión. No le importa la ingobernabilidad de un conglomerado de 18 partidos celosos del cumplimiento de compensaciones intragables. Para él, la derecha significa la nada y las minorías son un mercado abierto. ¿Firmarán los separatistas catalanes un acuerdo que permita a Sánchez alardear de “mayoría social” antes de la investidura? ¿Firmará Sánchez compromisos anticonstitucionales antes de la propuesta regia? Porque solo con vaguedades como la del “marco constitucional” no vale. El “marco” se pone a la pintura acabada y no al revés. La prisa de Sánchez es para colar como victoria su pretensión de que son suyos todos los que no son del otro. Pero si resultase que algunos no son de nadie se queda con su minoría. El mensaje para Feijóo y para todos aquellos que creyeron votar opciones distintas a Sánchez es como el lema de César Borgia, “O César o nada”. Ahora Sánchez quiere proponer “O Pedro o nada”. La angustia de Sánchez es que algún incauto se atreva a votar “nada” o dicho de otra manera, abstención.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

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