Pseudomedios y pseudojueces

Punto y aparte, dijo Pedro Sánchez tras su quinquenio de reflexión. Sus devotos colaboradores inician su cruzada contra los periodistas y los jueces independientes de su doctrina de resistencia. Lo de los periodistas empezó anecdóticamente con Bieito Rubido, hoy director de una publicación digital y anteriormente de ABC. Al parecer los servicios jurídicos del PSOE amagan con acusarlo legalmente si no rectifica su premonición en una entrevista radiofónica sobre el posible final trágico que podrá tener la carrera política de Pedro Sánchez.

Resulta difícil precisar cómo se puede rectificar una premonición, salvo el cambio de profecía para decir que la carrera política de Sánchez tendrá un final feliz. O no tendrá ningún final, ni trágico ni feliz, sino todo lo contrario, será eterna. Habría que saber cuándo se considera trágico el mal final de una carrera política, que no equivale a la muerte violenta del gobernante sino a las consecuencias negativas de su disruptiva gestión de Estado. Habría que presionar al profeta de Cedeira para que cambiase su profecía para liberarlo de la amenaza legal. Peor está que el procaz ministro Oscar López, artista de diplomacia hispanoargentina, considere al apacible periodista gallego como “un matón de la derecha de toda la vida”. Es evidente que Oscar López no conoce a Bieito Rubido para considerarlo “un matón”. Quien podría demandar una rectificación por calificarlo de “matón de derechas de toda la vida” es Bieito al ministro insultador de Transportes e Inmovilidad social.

Pedro Sánchez calificó en una entrevista en Televisión Española a las cabeceras de los medios que investigan a su entorno como “pseudomedios”. Se supone que será por su condición digital y que solo merecerán el título entero de “medios” aquellas cabeceras que también tengan versión impresa. Los medios completos tienen el peligro de que “pseudojuristas” promuevan diligencias judiciales con “recortes” de periódicos de papel impreso que son admitidos a trámite por parte de “pseudojueces”. Para regenerar la justicia todas las terminales del sanchismo coinciden en reclamar la renovación del Consejo General del Poder Judicial rechazando que sean los miembros de la judicatura quienes elijan a sus representantes y, por el momento, amenacen con cambiar la actual mayoría de consenso por minoría simple. Cambiar el método de elección de los jueces para parcializar su elección es la medida más antidemocrática que se puede imaginar. Como el villano que tira la piedra y esconde la mano, Sánchez permite las iniciativas de sus socios y aliados sin definirse como Gobierno. Al igual que con la amnistía se envolvió en la manta del grupo parlamentario para no comprometerse con un proyecto de ley del Gobierno.

Los “pseudomedios” y los “pseudojueces” están avisados. La falsa regeneración democrática llega viento en popa a toda vela, como el bergantín de la Canción del Pirata que cantaba en la popa “Asia a un lado, al otro Europa, y allá en su frente” Putin. La nave del tardosanchismo navega hacia donde más puede perjudicar a la libertad y a la fortaleza del Occidente democrático. Pero maneja tan mal los instrumentos de navegación que la buena esperanza es que llegue tarde y mal al continente de la realidad. Los jueces y los periodistas son conscientes de que están amenazados por un “pseudogobierno” que no tiene fuelle para soplar fuerte. Si los independientes soplan todos juntos es posible que se lleven por delante al “pseudogobierno”.