El 28 de julio de 1588 caía derrotada ante Inglaterra la Gran Armada Española. Nuestros barcos no fueron capaces de arrollar a la flota inglesa porque las inclemencias meteorológicas se cebaron contra nuestros barcos. Fueron ellas y no la armada inglesa quien verdaderamente nos aplastó. Esa fue la circunstancia que hizo que Felipe II dijese aquello de que “yo no mandé a mis barcos a luchar contra los elementos”. Ahora lo digo yo, Pedro Sánchez, presidente del gobierno español. Cuando derribé a Rajoy hace cuatro años todo iba viento en popa, ahora, al final de esta legislatura, con otro gallego adelantándome por la izquierda, Alberto Núñez Feijóo, todo lo contrario. Hemos cerrado febrero con el Euribor más alto de los últimos años, la luz más cara y el IPC que sigue subiendo, el llamado Tito Berni, nuestro exdiputado canario Juan Bernardo Fuentes (¡maldito canarión!) arrastrando a prostíbulos a empresarios corruptos y a 12 o 15 compañeros de filas socialistas incautos, ineptos, bobones en medio de una trama de estafa continuada, las excarcelaciones constantes por la Ley del “ solo sí es sí”, la que también se nos avecina con la Ley Trans, los informes de la comisión del parlamento europeo, todas las encuestas en contra –menos la de mi subordinado Tezanos, claro, que hasta ahí podíamos llegar…–. ¡Yo tampoco he venido aquí a luchar contra los elementos!
Mandé discretamente a Bruselas al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, a entrevistarse con los comisarios europeos Věra Jourová y Didier Reynders para intentar minimizar ese letal informe de los parlamentarios que nos han visitado recientemente, pero no estoy yo muy seguro de que Bolaños haya conseguido pararlos. Cuando uno entra en mala racha, nada se puede hacer, todo se le vuelve en contra.
Y ahora, encima, vamos de cabeza hacia dos fiestas cuyo solo nombre me indigesta el café con churros que me he tomado esta mañana. Ya no habrá Día del Padre ni Día de la Madre, que estas ministrillas podemitas me la han liado otra vez con tanta utilización de esta jerga del neolenguaje que hasta a mí, hombre más frío que el más frío de los rincones del Polo Norte, se me ponen las mejillas sonrojadas cuando tengo que pronunciar eso del Día del Progenitor gestante y del Progenitor no gestante. ¡Vamos, que le digo eso a mi suegra o a mi padre y me mandan otra vez a la oposición! Lo malo es que, aunque no lo reconoceré nunca públicamente, me parece que me lo tengo bien merecido.
Y yo que quería volver a los valores esenciales patrios repartiendo clemencia por la puerta de atrás al que delinque por sedición, sobre todo si viene de Cataluña, y rebajando el delito de malversación para ver si así beneficiaba a mis compañeros andaluces de los Eres, como Griñán y compañía (a la gente se le olvidan pronto las cosas, de hecho, ya ni se acuerdan de que yo accedí a la Moncloa afeando precisamente delitos de ese tipo a las gentes del partido de Mariano Rajoy). No entiendo cómo aún no se han convencido todos de que no es lo mismo que un delito, sea el que sea, lo cometa alguien de la derecha que alguien progresista, nosotros lo hacemos sin querer. La derecha no, siempre lo hace con premeditación y alevosía. Eso les tengo dicho a mis muchachos de propaganda de Moncloa, pero parece que en los españoles esto no cala del todo. Lo que digo, más y más elementos en contra que, si siguen así, voy a tener que adelantar el semestre español en la presidencia de la Unión Europea -¡mi semestre!, ¡qué ilusión!, ¡voy a coleccionar los cientos y cientos de fotos para la historia!–. Ahí si que me muevo yo con gallardía, con denuedo, con arte y gracia casi andaluces. Lo del IPC, el Euribor, la luz y el gas, las encuestas, las tramas corruptas del Tito Berni y todo eso no tiene importancia si tengo cada día un acto programado, con docenas de banderas detrás, con saludos a diestra y siniestra. Ahí me supero, así es que a ver si viene pronto el segundo semestre. ¡Ufff!, pero tenemos que saltar el 28 de mayo. ¡No sé, no sé…!
Si (
No(
