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Caza mayor

miércoles 28 de junio de 2023, 12:28h

Cuando aún no hace ni dos semanas que ha visto la luz mi último libro, un extenso análisis del periodo político en el que aún estamos inmersos, y en el cual auguraba que estamos a punto de terminarlo -‘Good bye, ¡Sánchez! (Sanchismo, mentiras e ingeniería social (II)’-, haciendo un impropio ejercicio de futurismo político, acabo de darme cuenta de que lo mismo no he hecho otra cosa que expresar en voz alta y clara lo que el deseo mayoritario de la ciudadanía española gritó en las urnas municipales y autonómicas del 28-M, harta ya de la soberbia, la impostura y la altanería de un presidente de gobierno que España no se merece.

Pero, a juzgar por los últimos movimientos habidos en el centro derecha (extrema o no, son siempre los representantes de la “superioridad moral”, o sea, la izquierda caviar, los encargados de etiquetarla), encabezada por Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal, ambos parecen empeñados en que Pedro Sánchez se mantenga otros cuantos años en la Moncloa.

De haber seguido por ese camino del “y tú más” en el que se habían enredado unos y otros, al final, la ciudadanía, que se expresó con contundencia el pasado 28 de mayo, puede que ahora -alentada por las torpes, mezquinas y nada edificantes trifulquitas internas del centro derechita cobarde en Extremadura- opte por irse tranquilamente al pueblo, a la sierra o a la playa, no acuda a votar y se resigne a comprobar que aquí gana quién más la sigue: léase Pedro Sánchez.

Y la derecha, que se ha olvidado muy pronto de que no hay que vender la piel del oso antes de cazarlo, en lugar de estar a lo principal, sigue empeñada en sus guerritas internas, mirándose al ombligo en lugar de pensar en cómo enfrentarse a los escombros morales y económicos de la España post-Sánchez, ese país que ya no lo conoce ni la madre que lo parió.

A este paso, y si se empeñan, al sanchismo no va a poder sucederle la imprescindible coalición PP-Vox, siempre especializada en guerras cainitas, y vamos a tener que conformarnos con la insigne, la eximia, la inmerecida figura del más guapo presidente de la democracia, con permiso de Adolfo Suárez, que tampoco le iba a la zaga. Y lo mismo no está mal del todo porque así él mismo volvería a comprobar que en el pecado está la penitencian que, en ese gasto público desbocado, en ese tirar con pólvora del rey, está el antecedente de los draconianos recortes que inevitablemente se nos vienen encima en cuanto pasen las votaciones. Y, al final y como siempre, quién más sufre es el eslabón más débil, el ciudadano. Así es que, parodiando a don Antonio Machado, “Españolitos que venís al mundo os guarde Dios, una de las dos facciones os va a helar a impuestos hasta que se os hiele el corazón”. Vosotros ahora, el 23 de julio, lo único que debéis hacer es elegir a quién penséis que os va a crujir mejor.

Feijóo está empeñado en seguir tendiendo puentes entre los antiguos seguidores de Soraya con los doblemente triunfadores de Isabel Díaz Ayuso y, por si sólo esto fuera poco, hasta con los taimados Pablo Casado y su lugarteniente, Teodoro García Egea. De estos últimos parece que pende el liderazgo de la presidenta del PP extremeño, María Guardiola. Una mujer que no parece casar muy bien con el señor Buxadé, nuevo delfín de Abascal, un hombre que alude con frecuencia a los “principios” del partido que, al parecer, son válidos en Valencia, pero no tanto en Extremadura. Si hay alguien que pueda entender tan sorprendente silogismo, que levante la mano y nos cuente.

El caso es que, con estas batallitas de jardín de infancia, los dos partidos del centro y la derecha española, esa que quería a toda costa expulsar a Pedro Sánchez Pérez-Castejón del palacio de la Moncloa, parece subestimar que un animal herido como el presidente, es doblemente peligroso... Más aún ante una cita crucial, en dónde no sólo se juega su futuro personal (fíjense que en todo este periplo de entrevistas mediáticas a las que se ha lanzado un desesperado Sánchez, el término que más veces pone en su boca es “yo”), sino el de todos los españoles.

Y, como las encuestas les iban dando palmaditas en la espalda y que aquí están ellos para salvar a España de las garras del dragón Sánchez, han bajado la guardia y, de paso, se han permitido el lujo de enredarse en enfrentamientos vacuos y estériles en Extremadura, la tierra de conquistadores. ¡Y menos mal que al fin se han caído del burro Feijóo y Abascal y han vuelto a la senda de la negociación a menos de un mes de la fecha escogida por Sánchez para que todos los españoles en edad de votar, vayamos a las urnas el próximo 23 de julio! Y eso aún a expensas de pillar un golpe de calor propio de la época y que lo mismo no lleguemos a depositar el voto en la urna, que es lo que parece perseguir el presidente Sánchez, que ha pasado de presumir durante los últimos años con el solo hecho de ver cómo lo enfoca una cámara de TV, a ir llorando ahora de plató en plató para desfigurar el antisanchismo imperante, y por no haber sabido convencer a todos los españoles de que él es el mejor presidente, aunque no se atreva a salir a la calle a volver a escuchar aquello de “¡que te vote Chapote!”.

O los señores Feijóo y Abascal se dejan de personalismos y de complejos frente a alguien que ha pactado con asesinos convictos y confesos, como los integrados en las filas de EH Bildu, y con golpistas catalanes, a los que incluso ha servido una modificación a la carta del Código Penal para excarcelarlos por los delitos de sedición y malversación, o va a ser más que difícil que el guapo inquilino de la Moncloa tenga que empadronarse otra vez en Pozuelo de Alarcón a partir del próximo otoño. El dilema está muy claro: o PP y Vox llegan a un acuerdo, no sólo en Extremadura sino en toda España, o tenemos Sánchez para rato.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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