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Inquietud

jueves 15 de septiembre de 2022, 13:59h

La hiperactividad es síntoma inequívoco de que algo anda mal, de que hay que revisar la planificación, los medios, las metodologías, las prioridades o todo a la vez. Sucede en nosotros y sucede en el gobierno.

La sorpresa inicial de la aceptación en Moncloa de que Sánchez debatiese hace unos días en el Senado con Feijóo y que, a pesar de tener cinco veces más tiempo que el líder de la oposición –dos horas y media frente a los pírricos 30 minutos que le otorgaba el reglamento al líder del PP-, la victoria de Sánchez en ese cara a cara no se la dieron más que los muy cafeteros y, por supuesto Tezanos, el mayor de todos ellos, que ha querido significarse nuevamente para que el líder socialista no lo olvide.

Por otro lado, van las encuestas electorales que, en general, dan cada vez más ventaja a Feijóo frente a la clara caída de Sánchez y su huida hacia adelante empeñado en no bajar impuestos -ni siquiera el IRPF y el IVA, de forma más generalizada-, para hacer frente a la inflación.

Ese es el camino por el que ha optado la gran mayoría de gobiernos de la UE, pero aquí, erre que erre, parece que hay alergia a las soluciones económicas clásicas en la tozuda creencia de que, como somos muy guays, muy progres y todo eso, hay que apretar a bancos y energéticas que, junto a Putin, vamos a constituirlos en nuestros enemigos públicos número uno.

El pueblo nos lo reconocerá y sabrá así que siempre estamos con él, y frente al gran capital. Si el IBEX 35 da trabajo a miles y miles de españoles, nosotros subvencionamos, que es mucho menos esforzado para el ciudadano y, tarde o temprano, nos lo va a reconocer.

Así las cosas, desde la factoría del marketing político que idean los cientos y cientos de asesores presidenciales nombrados a dedo por Sánchez, se ha decidido acusar machaconamente como culpables de todo a los poderes económicos, políticos y mediáticos de la derecha como los auténticos culpables del creciente desprestigio que se acumula en las espaldas del presidente del gobierno. De autocrítica nada.

Ya en su primera salida de esa vuelta a España en 30 mítines también ideada desde las covachuelas monclovitas, parece que ha patinado desde la primera etapa, la de Sevilla. Bastó una pancarta (“¡que te vote Txapote!”), y un humillante abucheo en ese primer encuentro “fake” con el pueblo, para que Moncloa diera marcha atrás y suspendiese inmediatamente la segunda etapa, la de Toledo, y ya veremos qué pasa con las siguientes.

En política hay que partir siempre de los hechos, de la realidad pura y dura. Y los hechos apuntan hoy por hoy a que el presidente del gobierno está acumulando las iras del ciudadano, que ve como cada día decrece su poder adquisitivo, y más aún cuando compara su lamentable realidad con esa otra de Alicia en el país de las maravillas que Sánchez se empeña en hacer creer al común de los mortales.

No sé si alguna vez el ciudadano no militante del PSOE que le dio su voto en las últimas elecciones generales perdonará al presidente sus constantes mentiras, sus engaños de trilero que, además, sonríe por dentro despreciando la inteligencia y la memoria del votante. No lo sé.

Pero de lo que sí estoy absolutamente seguro es de que nadie va a olvidar los centenares de muertos que los herederos de ETA tienen anotados en su currículum y que, a pesar de ello, Sánchez sigue pactando con Bildu reforma legal tras reforma legal. Al final, tenía toda la razón el autor de la pancarta de Sevilla, va a ser Txapote quién entierre electoralmente a Sánchez. Si él no tiene reserva ética ni moral alguna para hacerlo, los españoles sí.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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