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Un año clave

domingo 08 de enero de 2023, 09:41h

Terminábamos 2022 comentando en estas páginas electrónicas la inmensa dificultad que atravesaba la situación política e institucional española y la soledad en la que se veía inmerso S.M. el Rey a la hora de construir su noveno discurso de Nochebuena a todos los españoles.

La velocidad con la que transcurren los acontecimientos en esta España post pandémica no nos ha permitido analizar con el suficiente sosiego y profundidad el que, probablemente, ha sido el discurso de mayor calado y seriedad que ha pronunciado Felipe VI en todos sus años de reinado.

La primera constatación fue la de ver que el monarca no esconde la cabeza bajo tierra, como los avestruces, para buscar así la sensación de que, sin advertir de frente los peligros, estos ya habrán pasado.

Por el contrario, habló claro, sin tapujos, de frente y por derecho de la grave situación institucional que está atravesando nuestro país y centró los peligros de la situación en tres frentes concretos: la división, el deterioro de la convivencia y la erosión de las instituciones.

Precisamente por eso, por lo certero del análisis, merece especial atención resaltar las dos vías inequívocas marcadas por el Rey para hacer frente a este grave deterioro institucional. Apuntaba el monarca «el mayor compromiso de todos con nuestra democracia y con Europa», a las que definía como las columnas vertebrales de nuestro presente y futuro.

Estamos, desde luego, en una encrucijada clave para el futuro de nuestra democracia. Y tal es así porque del resultado que se obtenga en las urnas de mayo en las elecciones autonómicas de muchas de nuestras regiones, y especialmente en las generales de finales de año, puede consolidarse, o no, el trayecto que parece haberse marcado en estos últimos años el gobierno de Pedro Sánchez y sus socios.

Y con este término me refiero más a vascos y catalanes, Bildu y ERC, que, a sus socios directos de gobierno, Unidas Podemos, agrupación política envuelta en un mar de contradicciones y luchas internas de poder que, con bastantes posibilidades, verá notablemente mermada su representación política en ambos comicios. Sus colosales errores legislativos y su contumacia a la hora de enrocarse en esos mismos errores les pasará una merecida factura electoral.

Pero si, por un lado y tras las medidas de abolición de los delitos de sedición y de malversación, claramente instrumentadas por Moncloa para favorecer a los insurrectos catalanes, y por otro, las medidas de “blanqueamiento democrático” de sus socios filoetarras, acompañados por el acercamiento de presos de ETA juzgados y condenados por delitos de sangre, no son castigados por el electorado de toda España –no solo del vasco y el catalán-, podemos vernos abocados a un proceso constituyente que acabaría ya sin subterfugios de ningún tipo, en una revisión de la Constitución de 1978.

Es muy importante que el electorado español no se deje deslumbrar por las numerosas campañas de propaganda que vamos a vivir durante todo el año y que fije su mirada, no en las palabras y en las promesas de quienes han hecho de la mentira su norma de gobierno, sino en los hechos que finalmente las han desmentido. De no ser así, va a ser mucho más fácil y barato seguir prometiendo lo que jamás se va a cumplir, y actuando después con el único objetivo de mantenerse en el poder.

Y por lo que se refiere a la posible intervención de las autoridades de la UE, yo que usted no me haría muchas ilusiones.

Con las asintonías vividas en algunos países del Este integrantes de la Unión, no se ha actuado con la suficiente seriedad y firmeza, así es que no hay por qué pensar en que vayan a hacerlo en España. En todo caso, al contrario, porque la complicidad entre nuestro presidente y la presidenta de la Comisión parece cada vez más ajustada.

No hay más que ver las miradas de arrobo que le regala la presidenta a SuperSánchez. Lo dicho, si el futuro de España está en manos de alguien es más en las de todos los ciudadanos españoles con derecho a voto que en los altos despachos de Bruselas.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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