Vendepatrias y su patio de Monipodio

Ahora que ya hace varios días que está clara la rendición de España por un presidente en funciones a uno de nuestros enemigos más encarnizados, Puigdemont, la vorágine ya nos está comiendo los pies.

España aguantará, claro, porque, tras 500 años como nación, una algarada de delincuentes no la hará caer. Puede que nos tambaleemos, pero aguantaremos este embate también. Sin embargo, el problema es el mientras tanto.

Sí, porque en el ínterin la brecha entre españoles se agranda y ahonda. El problema de abrir la caja de Pandora no es que un presidente narcisista se apalanque cuatro años más y que durante ese Cuatrienio Maldito convierta España en una sucursal de Caracas; no, el problema real es que las dos Españas se enfrenten a cara de perro.

Hay dos Españas como hay dos Francias, dos Italias, dos Alermanias y hasta dos Suecias, pero solamente en nuestro país algunos gobernantes como Sánchez nos llevan hasta el combate, llenos del odio y el rencor plantados, regados y abonados en nuestras cabezas por un egocéntrico y su patio de delincuentes, pues es bien sabido que cualquiera que le diga no al Monipodio de Moncloa es sancionado inmediatamente con el ostracismo o el despido: a su lado solo gente que le diga sí amén padrecito.

En este momento se está consumando el borrado con neolengua de los delitos de sedición, robo con escalo, vandalismo, violencia extrema, kale borroka y hasta terrorismo, delitos que afectan a Puigdemont, a su esbirro Boye, terrorista condenado, y a más de 900 delincuentes, algunos de ellos acusados de terrorismo y auspiciados directamente por Puigdemont.

No, no se trata de “desactivar el independentismo” ni de mejorar la fractura social de Cataluña, se trata solo de aupar al solio a un sociópata pues ni al que asó la manteca se le ocurre que para solucionar un problema entre catalanes hay que producir uno mil veces más grande entre el resto de españoles.

Y por supuesto, ese silencio fascista que la neoizquierda y el narcisista (creer que Sánchez es de izquierdas es no haber entendido nada) imponen a cualquier discrepancia, propia o ajena. Si eres Felipe González, Guerra o cualquiera de los ministros de González y de Zapatero que se han pronunciado con rotunda claridad contra el disparate de la amnistía, te conviertes en carcamal dinosaurio facha. Estos, que inventaron la discriminación por edadismo, ahora nos condenan a los que estamos en contra de su compraventa de puestacos simplemente por la edad que tenemos, como si no fuéramos tan ciudadanos como cualquiera de ellos, o incluso más porque más hemos vivido y más hemos trabajado en beneficio de España y pagado más impuestos que todos ellos sumados.

¿Que los jueces manifiestan su preocupación por una negociación que creará un desamparo judicial impredecible? Fachas con toga. ¿Que la policía se queja? Fachas con porra. ¿Que la gente sale a la calle a manifestarse? Fachas con pancartas.

Si en aquellos días de kale borroka en Barcelona la policía actuó, era una policía franquista, antidemocrática, brutal y anticatalana. Si estos días en las manifestaciones la policía dice que el delegado del gobierno les ordenó gasear y disolver con fuerza a los manifestantes, los de entonces dicen que poco es para lo que han hecho estos fachas (¿Manifestarse en la calle? Parece que las manifas o rodear el congreso solo son democráticos cuando los hace Sumar y su estirpe; como los escraches, dicho sea de paso).

Cuando delitos de gravedad como atentar contra el estado, desobedecer sentencias del constitucional, robar dinero público o discriminar a cualquier español solo por serlo, se pueden borrar a cambio de vender todos los cargos del gobierno y toda la acción de gobierno de una legislatura completa justamente a esos delincuentes, es que los fundamentos de quien lo acepta y se mueve cómodo en ese lodazal de ignominia están hechos de materia fecal.

No, no caerá España como creen los indepes que va a pasar, pero se alimentará como nunca el odio a los catalanes, y se agrandará la brecha entre españoles. Habrá algaradas, asonadas y enfrentamientos, quién sabe si hasta muertos. Y luego llegará otro presidente de otro color y volveremos a encausar, juzgar y condenar a los mismos que ahora se ríen de nosotros, los españoles, esas bestias con forma humana como nos llamó un tal Torra que apenas ayer era presidente de la Generalitat. Solo espero que también la justicia encause, juzgue y sentencie al vendepatrias de Sánchez.