La presidenta del grupo de En Comú Podem en el Parlament, Jéssica Albiach, ha realizado una peineta al jefe de filas de Vox, Ignacio Garriga, en una de las múltiples rencillas en la sesión del control del pleno parlamentario, que ha estado marcado por la negociación de una ley de amnistía.
En su turno en la sesión del control al presidente catalán, Pere Aragonès, Albiach ha empezado su intervención con una referencia a los disturbios callejeros de las últimas noches ante las sedes socialistas. "No pasarán. A pesar de su odio, su violencia, sus amenazas, este país tendrá una amnistía y un Gobierno progresista y plurinacional porque Catalunya y España son mucho mejor que su fascismo", ha asegurado Albiach, quien ha dado su apoyo a "los compañeros socialistas por los ataques que están sufriendo sus sedes esta semana".
Minutos después, cuando ha sido el turno de Ignacio Garriga, el secretario general de Vox se ha sentido aludido por las palabras de Albiach y se ha dirigido a la bancada de los comunes: "Sí, señores comunistas hiperventilados, defenderemos el legado de nuestros abuelos y el futuro de nuestros hijos, en legítima defensa". Desde sus escaños, los diputados de En Comú Podem han reaccionado con aspavientos a estas palabras y ha sido en ese momento cuando la líder del grupo le ha hecho a Garriga un gesto despectivo con el dedo corazón de la mano izquierda.
Una sesión de control que ha venido marcada por la presión de la derecha, que se manifiesta en las calles en contra de la amnistía, en el marco de las negociaciones entre el PSOE y los independentistas. El secretario general del partido socialista, Salvador Illa, ha pedido serenidad y firmeza ante la ola reaccionaria de Vox y advierte de que se están traspasando ciertas líneas que cuestionan la convivencia. Por su parte, Comunes y republicanos han condenado esos ataques a las sedes socialistas y han enseñado su solidaridad con el partido de Salvador Illa. De hecho, el propio Presidente de la Generalitat también se ha manifestado en la misma línea y ha pedido mantener la firmeza, pese a la presión de la derecha, que, ha manifestado, quiere alterar mayorías.
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