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Españoles por Hidalgo

lunes 11 de diciembre de 2023, 08:20h

Desde 2009, el docu-reality televisivo Españoles por el mundo, en formato muy similar al que ya desarrollaban desde años antes algunas cadenas autonómicas, viene mostrando las peripecias de paisanos asentados en distintos lugares del planeta, tratando de acercar al espectador, desde sus individuales y subjetivos puntos de vista, la realidad del país o la región donde moran.

Las dos décadas transcurridas no han modificado la esencia del tratamiento inicial, lo que conlleva un cierto agotamiento del formato. De un lado, los espacios siguen siendo básicamente generalistas y no se han esforzado en parcelar los territorios, lo que con frecuencia ofrece una visión distorsionada, especialmente en países que en muchos casos podrían ser calificados de continentes pluriculturales; mientras que, de otro, el reducirlo a personajes vivos aleja a veces interesantes perspectivas históricas.

Pongamos por caso a México, una gran parte de lo que antiguamente fuera el Virreinato de la Nueva España, una república formada por 32 entidades federativas con una superficie actual cerca de cuatro veces superior a la española peninsular e insular y cerca del triple de población. Otras de las considerables distancias se expresa en las lenguas que se hablan en las respectivas demarcaciones, ya que mientras que en España contamos con seis idiomas oficiales: castellano, catalán, valenciano, gallego, euskera y aranés, junto a otras, como al bable asturiano, la fabla de Aragón o la fala del norte de Cáceres, que aspiran a incluirse en la misma categoría, en México, además del español, perviven con relativamente buena salud una importante cantidad de lenguas indígenas entre las que destacan, entre otras, el náhuatl, el maya, el tzeltal, el mixteco, el tsotsil, el zapoteco, el otomí, el totonaco, el chol y el mazateco.

Acueducto del padre Tembleque Toda esta Excusatio non petita, viene a dar en la accusatio manifesta de que vamos a poner nuestro foco en un Estado mexicano, Hidalgo, y en dos personajes españoles de extraordinaria talla, que, aunque muy separados por tiempo y espacio, siguen unidos por un mismo proyecto que hoy se conoce como el Acueducto del padre Tembleque.

Para empezar, con una superficie de unos 21.000 Km2 y una población de poco más de 3 millones de habitantes, Hidalgo se presenta como un enclave y destino absolutamente excepcional desde los primeros y apresurados datos como los que nos informan de que en su territorio y dominios se inscriben 9 Pueblos Mágicos y 28 Pueblos con Sabor.

Para continuar y soslayar el mucho abarca, vamos a apretar aquí en una obra de ingeniería hidráulica del siglo XVI, el mentado acueducto, que además de ser el más antiguo del continente americano y el más alto del mundo, es referente obligado en cualquier programa o publicación sobre grandes hitos constructivos en la historia, y desde 2015 forma parte del Patrimonio de la Humanidad de UNESCO.

Monumento dedicado a fray Francisco de TemblequeEl primero de nuestros Españoles por Hidalgo es fray Francisco de Tembleque, un padre franciscano muy probablemente natural de la población toledana del mismo nombre, que llegó al virreinato en 1542 para instalarse en el pueblo de Otumba. Parece que el fraile no tardó en darse cuenta del grave peligro que representaba para la salud de la población indígena local la rápida proliferación de la ganadería porcina y ovina que sus compatriotas habían asentado en la región y que dejaba sus deposiciones y detritos en el amaral “del náhuatl amanalli”. Así, y con el objeto de hacer llegar agua potable y de calidad a los pobladores, planeó y dirigió una obra faraónica que pudiera allegarla desde fuentes relativamente lejanas.

El proyecto, inicialmente considerado una quimera, fue finalmente aprobado y financiado por los propios naturales de Otumba, que no cobraban un salario, pero que a cambio recibían sustento y además se les permitía a sus familias vender en el lugar tejidos y artesanías para completar las carencias. Superando periodos y momentos de grandes dificultades administrativas y financieras, de cuya peripecia existe abundante documentación en el Archivo General de Indias de Sevilla, fray Francisco tomó con firmeza las riendas del plan, tras la aceptación por parte de los mandatarios de Zacuala para ceder el agua de los manantiales próximos del cerro de Tecajete, dentro de su jurisdicción, y contando con la inestimable ayuda de los nativos, que, una vez convencidos de su interés y bondad, trabajaron denodadamente e incluso aportaron interesantes técnicas constructivas locales.

Azulejería recordando la epopeya de la construcción del AcueductoAsí, durante 17 años, el proyecto fue tomando forma hasta que en 1572 el líquido fresco y vivificante empezó a brotar por los caños de una fuente ubicada en el centro de Otumba. El acueducto, conformado por 6 arquerías, de las que la mayor o Arquería Monumental de Tepeyahualco, supera el cauce del río Papalote, cuenta con 68 arcos de medio punto, alcanzando en su cota más alta los 38.75 metros, que multiplica casi por 4 la del Acueducto de Segovia y con una longitud total de 48 kilómetros, que deja en mantillas a la del famoso canal romano antedicho que solo supera por muy poco los 16.

El segundo de nuestros compatriotas en tierras hidalguenses y fuertemente ligado al gran monumento es el ingeniero bilbaíno de 66 años Antonio Mateo Linaza Ayerbe, que se trasladó e instaló en México en 1980. Aunque ha Antonio Mateo Linaza Ayerbedesarrollado una intensa actividad profesional como inversionista y director general de compañías privadas, su verdadera dimensión la alcanza como muñidor de importantísimos y muy diversos proyectos enfocados al rescate y conservación del patrimonio cultural, artístico e industrial mexicano.

Miembro desde 1995 de la Sociedad Defensora del Tesoro Artístico de México, organismo del que ha sido presidente y representante de su Consejo Consultivo, líder y responsable de ambiciosos proyectos restaurativos en conventos, haciendas coloniales, iglesias, pinturas murales e imaginerías, lo que hoy le trae a estas paginas es su actual responsabilidad como responsable de la restauración del Sistema de Ingeniería Hidráulica del Acueducto de Tembleque, que según María Castañeda de la Paz, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, formada como doctora en Historia de América por la Universidad de Sevilla, y especializada en el análisis y lectura de los manuscritos pictográficos del centromexicanos en la Universidad de Leiden, dejó de funcionar a pleno rendimiento en 1674 y aunque posteriormente fue sometido a algunas reparaciones en 1698, sus aguas dejaron definitivamente de correr a mediados del siglo XIX.

Tras siglos de abandono, Linaza Ayerbe ha conseguido, tras ímprobos esfuerzos y titánica dedicación, que el líquido elemento vuelva a discurrir por su canal. Todo un regalo para la Humanidad que la UNESCO ha sabido recompensar y que no es más que uno de los muchos que el ingeniero vizcaíno sigue prodigando con generosidad, enorme didactismo y cordialidad extrema.

Españoles por Hidalgo, un placer y un honor conocerlos y darlos a conocer.

Miguel Ángel Almodóvar

Sociólogo y comunicador. Investigador en el CSIC y el CIEMAT. Autor de 21 libros de historia, nutrición y gastronomía. Profesor de sociología en el Grado de Criminología.

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